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Estará orientada especialmente a personas en condiciones de riesgo, mayores de 60 años y personal sanitario y sociosanitario.
El Servicio Cántabro de Salud (SCS) comienza el lunes la campaña de vacunación contra la gripe para proteger a las personas con mayor riesgo de presentar complicaciones en caso de padecer la enfermedad. La administración de las vacunas contra la gripe se realizará con cita previa en los centros de salud de Atención Primaria.
En esta ocasión, debido al efecto sinérgico observado entre el virus de la gripe y el SARS-Cov-2, que multiplica por dos el riesgo de muerte en caso de infección, la campaña intentará aumentar la cobertura vacunal, especialmente entre personas mayores, a partir de los 60 años, personas de cualquier edad con condiciones de riesgo, así como personal sanitario y sociosanitario, así como personas que trabajan en servicios públicos esenciales.
El objetivo es reducir la mortalidad y morbilidad asociadas a la gripe estacional y el impacto de la enfermedad sobre la comunidad. Para ello, hay que proteger a las personas más vulnerables a la enfermedad, disminuyendo lo máximo posible la incidencia de gripe en los grupos diana, contribuyendo así a reducir el impacto sobre la presión asistencial.
El Gobierno de Cantabria ha adquirido más de 120.000 dosis de vacunas tetravalentes contra la gripe A (H1N1 y H3N2) y la gripe B (linajes Victoria y Yamagata), con las que se pretende alcanzar hasta un 75% en la tasa de cobertura de personas mayores de 65 años y personal sanitario y sociosanitario, así como superar el 60% en embarazadas y en personas con condiciones de riesgo, en consonancia con los objetivos que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la temporada 2022-2023.
La campaña se iniciará el lunes, 10 de octubre, inoculando las primeras dosis a las personas más vulnerables como las institucionalizadas en residencias de mayores y discapacidad, mayores de 80 años, seguidos por los grupos de pacientes con inmunosupresión, así como personal sanitario y sociosanitario. Se continuará la cobertura progresiva de la población de 60 y más años y la población menor de 60 con factores de riesgo.
Población diana
Al igual que en años anteriores la vacuna antigripal está recomendada a partir de los 60 años y para quienes tengan entre 6 meses y 59 años y pertenezcan a alguno de los grupos con riesgo de graves complicaciones por la gripe, como personas con enfermedades crónicas cardiovasculares (excluida la hipertensión arterial aislada) o respiratorias, incluyendo displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística o asma.
También se aconseja la vacunación a niños mayores de 6 meses y adultos con enfermedades metabólicas (incluida diabetes mellitus), obesidad mórbida, insuficiencia renal, hemoglobinopatías y anemias, asplenia, enfermedad hepática crónica, enfermedades neurológicas y neuromusculares graves, inmunosupresión por fármacos, trasplantes o personas VIH positivo, cáncer, fístula de líquido cefalorraquídeo, enfermedad celiaca, enfermedad inflamatoria intestinal crónica, implante coclear o en espera del mismo, o trastornos y enfermedades que conlleven disfunción cognitiva como el síndrome de Down o las demencias.
Mujeres embarazadas
La vacunación está también indicada en mujeres embarazadas en cualquier trimestre de gestación, así como en niños y adolescentes que reciban tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar síndrome de Reye tras la gripe.
Se insiste también en aconsejar la vacuna en personas que por su actividad puedan transmitir la gripe a quienes tienen un alto riesgo de presentar complicaciones, como trabajadores y estudiantes en prácticas en los centros sanitarios; personas que trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos; personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores; y personas que conviven en el hogar, incluidos niños mayores de seis meses, con otras que pertenecen a alguno de los grupos de riesgo.
Otros grupos a los que se recomienda la vacunación son las personas que trabajan en servicios públicos esenciales para la comunidad, entre los que incluye a las fuerzas y cuerpos de seguridad, bomberos, servicios de protección civil y de emergencias sanitarias, así como trabajadores de instituciones penitenciarias, de otros centros de internamiento por resolución judicial y centros de acogida de inmigrantes.
También a los trabajadores expuestos directamente a aves o cerdos en granjas o explotaciones y a aves silvestres por la posibilidad de infección conjunta de virus humano y aviar o porcino.