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El vecino de Sierrapando (Torrelavega) acusado de matar de un disparo a un hombre cuando intentaba entrar a su casa ha reconocido este miércoles los hechos en el juicio contra él, en el que ha habido conformidad de las partes y ha aceptado la pena acordada de cinco años y medio de cárcel por un delito de homicidio y otro de tenencia ilícita de armas, frente a los 16 años que solicitaba la Fiscalía por asesinato.
La sesión, celebrada en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, se iba a desarrollar con jurado a lo largo de esta semana y parte de la próxima, pero ha quedado así vista para sentencia, según la cual el procesado -que estuvo en prisión provisional un año y cuatro meses y ahora se encuentra en libertad, también provisional- deberá indemnizar a los familiares de la víctima con 189.168 euros, por debajo de los 220.000 interesados inicialmente. De esa cuantía, 117.168 ya han sido han sido abonados, en tanto que los 72.000 restantes están consignados.
Precisamente, en el consenso alcanzado entre la fiscal, acusaciones particulares y defensa se ha tenido en cuenta la atenuante “muy cualificada” de reparación del daño, así como también la de embriaguez, ya que cuando sucedió todo, sobre las 22 horas del 3 de febrero de 2017, el implicado tenía “levemente” afectadas su facultades volitivas por la ingesta de bebidas alcohólicas.
F.U.H. fue detenido ese mismo día y al cabo de tres ingresó en la cárcel, aunque a mediados de septiembre se decretó prisión provisional atenuada a cumplir en su domicilio por razones médicas (tenía cáncer y tuvo que ser operado). Posteriormente, en junio de 2018 se determinó la libertad provisional en la que se encuentra ahora, y por la que tuvo que abonar 12.000 euros en concepto de fianza.
En el juicio, que ha quedado visto para sentencia y las partes han mostrado su voluntad de no recurrirla, se ha impuesto al acusado una pena de cuatro años y seis meses por un delito de homicidio y un año más por otro de tenencia ilícita de armas (frente a los ocho meses interesados inicialmente por el Ministerio Público), así como indemnizaciones de 52.938 euros para la hija de la víctima; 76.230 para la pareja sentimental; y 15.000 euros más para cada uno de los cuatro hermanos, esto es, 60.000 en total.
HECHOS
En el acuerdo se ha concluido que la noche de los hechos el hombre estaba en el salón de su casa cuando escuchó un fuerte ruido en el exterior. Creyendo que podían estar entrando a robar en su vivienda llamó a un amigo y, cuando llegó, el acusado cogió un revolver que tenía en el domicilio -pese a que carecía de licencia de armas- y salió a la calle.
Mientras, su amigo se dirigió a la parte posterior del inmueble donde sorprendió, agazapado, a un hombre que había saltado la valla perimetral y violentado la puerta y ventana traseras. Llevaba, además, una mochila con útiles para robar y tenía la cara cubierta con un pasamontañas.
El amigo recriminó al extraño, que se dirigió hacia él, momento en el que el procesado, que estaba detrás de su conocido, empuñó el arma y el intruso emprendió entonces la huida.
Pese a ello, F.U.H, “guiado por la intención de acabar con la vida de éste, o asumiendo al menos la posibilidad de que esto ocurriera y aceptando el resultado”, realizó tres disparos sucesivos con el revólver, a una distancia mínima de un metro y medio y máxima de 14.
Uno de ellos alcanzó a la víctima en la zona de la axila izquierda, le rompió la aorta y le provocó una hemorragia a consecuencia de la cual murió a los pocos minutos.
Tras esto, el implicado abandonó la vivienda y se deshizo del arma, escondiéndola en una pared de un edificio. Los agentes policiales hallaron en su casa -en la mesilla del dormitorio- otro revólver.