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El 2019 marca el 25° aniversario del genocidio contra los tutsi en Rwanda, uno de los capítulos más oscuros de la historia humana. Más de 800 000 personas – en su mayoría tutsi, pero también hutu, twa y otros que se oponían al genocidio – fueron asesinadas sistemáticamente en menos de tres meses. En este Día, honramos a quienes fueron asesinados y reflexionamos sobre el sufrimiento de quienes sobrevivieron.
Los sobrevivientes del genocidio contra los tutsi en Rwanda hablan con la esperanza de que podamos aprender del pasado para ayudar a prevenir futuras atrocidades.
Mensaje del Secretario General de 2019
Este año se cumple el 25º aniversario del genocidio contra los tutsis en Rwanda, uno de los capítulos más sombríos de la historia reciente. En menos de tres meses, más de 800.000 personas —en su mayoría tutsis, pero también hutus moderados y otras personas que se opusieron al genocidio— fueron exterminadas de manera sistemática. Hoy rendimos homenaje a todas las personas asesinadas y reflexionamos sobre el sufrimiento y la resiliencia de quienes sobrevivieron.
En este momento en que renovamos nuestra determinación de impedir que se repitan atrocidades semejantes, observamos peligrosas tendencias al aumento de la xenofobia, el racismo y la intolerancia en numerosas regiones del mundo. Resulta particularmente preocupante la proliferación del discurso de odio y la incitación a la violencia. Esos comportamientos son una ofensa a nuestros valores y ponen en peligro los derechos humanos, la estabilidad social y la paz. Debemos reconocerlos, oponernos a ellos y atajarlos, dondequiera que se produzcan, para evitar que den lugar, como ya ha ocurrido en el pasado, a delitos motivados por el odio y a genocidios.
Exhorto a todos los dirigentes políticos y líderes religiosos y de la sociedad civil, hombres y mujeres, a que rechacen el discurso de odio y la discriminación y a que trabajen con ahínco para afrontar y mitigar las causas fundamentales que socavan la cohesión social y crean condiciones propicias para el odio y la intolerancia.
La capacidad de hacer el mal es inherente a todas nuestras sociedades, pero también lo son las cualidades del entendimiento, la bondad, la justicia y la reconciliación. Unamos fuerzas y construyamos entre todos un futuro armonioso para todos y todas. Es la mejor manera de rendir homenaje a quienes perdieron la vida de forma tan trágica en Rwanda hace 25 años.