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El teatro Casyc se va oscureciendo…
Llega la hora del comienzo del concierto de la malagueña ‘Ana María Alías Vega’, conocida artísticamente como PASIÓN VEGA.
De repente, aparece sentada frente a un espejo con la tenue luz de las bombillas que lo rodean, como si se tratase de un camerino en el cual Pasión Vega se estuviera arreglando. Así comienza su concierto, en un teatro que está en silencio sepulcral. A capela, interpretando su canción “40 quilates”. Y, poco a poco, se le van uniendo los músicos…
Pasión Vega está inmersa en esta gira con la cual lleva más de un año y medio. Éste será uno de los últimos conciertos de la gira “40 quilates”, además es una noche especial ya que el grupo también celebran sus 25 años de carrera.
Un concierto de más de 2 y media en el que la artista prometía una noche de pasión, un buen momento para recordar, y así fue, sin duda.
Confesó que guarda un entrañable recuerdo del día que conoció a Joaquín Sabina y en homenaje a él y a Camarón cantó “Como te extraño” ,“María la Portuguesa” de su disco homenaje a Carlos Cano.
En otro gran momento del concierto, Pasión subida al piano nos envuelve en el paisaje nostálgico y bohemio de Paris con la “La Boheme” de Charles Aznavour y “París” escrita por Jorge Marazu.
Es sobrecogedor cómo el teatro mantiene un silencio sepulcral durante toda la actuación que sólo es roto para aplaudir o, de vez en cuando, cuando alguien no puede contenerse y grita ¡guapa!
Queriéndose acercar lo más posible al público, baja al patio de butacas para deleite de todos.
El concierto va llegando al final y una de las últimas canciones sería una versión a ritmo de son cubano de “La Tarara” de Lorca.
Así pusieron el broche final a una noche de emociones e interpretaciones magistrales. Una oda a las grandes canciones.
[texto y fotos © PAMACOR: Paloma Matías]