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El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha hecho un llamamiento a los ciudadanos a tener los mínimos contactos posibles con personas que no estén dentro del entorno habitual para controlar la ola de contagios de coronavirus que cree que se producirá “sin ninguna duda” después de la Semana Santa, pero que espera que sea la “última” gracias a la vacunación y que “no tenga nada que ver” con las anteriores.
Por ello, vaticina que habrá un pico de contagios pero espera que será “probablemente el último” gracias a la vacunación y a la llegada del verano, una estación “menos propicia para el verano” y en la que cree que habrá una “parte importante” de la población vacunada.
En este sentido, ha destacado que la eficacia de las vacunas está siendo del “cien por cien” en Cantabria, donde “no hay un solo caso” de personas que hayan contraído el virus tras pasar unos días desde que recibieron las dosis.
No obstante, el presidente confía en que en junio pueda estar vacunado el 60% de la población gracias a la vacuna de Janssen, que “va a significar una revolución” ya que reduce a la mitad el tiempo de inmunización al solo llevar una dosis.
Así, espera poder vivir un verano “casi normal” y para ello ha hecho un llamamiento a tener, de momento, los mínimos contactos posibles fuera de los habituales, especialmente en Semana Santa.
“Cuidemos muchísimo esto que nos queda ya de sufrimiento para que no tengamos una ola después de la Semana Santa”, ha sentenciado tras recordar que en Cantabria “estamos estancados” en los datos de la pandemia, con un margen todavía para estar “holgadamente” en el nivel de alerta sanitaria 2, que es el que ha permitido retrasar el toque de queda desde ayer a las 23 horas y abrir el interior de los bares al 33% de aforo.