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Santander – 19.05.2020
Cantabria ha ratificado hoy el documento de ‘Propuesta de Medidas de Prevención, Higiene y Promoción de la Salud Frente al COVID-19 para centros educativos en el curso 2021-2022’ elaborado por los Ministerios de Educación y Sanidad, aunque invertirá los fondos necesarios para lograr un escenario “de mayor garantía en espacios interiores”, con medidas “estables” y no “contempla” establecer modificaciones ni en las distancias mínimas ni en el número de alumnos por aula en función del escenario de transmisión de cada momento para que no forzar a los centros a “improvisar medidas de un día para otro”.
Además, las consejerías de Sanidad y Educación y Formación Profesional mantendrán “hasta el final de la pandemia” el ‘corredor educativo’, que ha sido “clave” para que Cantabria haya conseguido una incidencia “baja” del COVID en el ámbito educativo, y ello a pesar de ser una de las pocas comunidades en la que el alumnado de todas las etapas, niveles y enseñanzas han tenido una formación totalmente presencial durante todo este curso.
Así se ha expresado la consejera de Educación y Formación Profesional, Marina Lombó, tras participar hoy en la reunión conjunta de la Conferencia de Sectorial de Educación y el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, presidida por los ministros de Sanidad, Educación y Política Territorial, Carolina Darias, Isabel Celaá y Miguel Iceta, respectivamente, y en la que también ha participado el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez.
Lombó ha explicado que Cantabria “comparte” las líneas generales establecidas por el Gobierno de España, que apuntan a “mantener las medidas que han regido este curso en el interior de las aulas y flexibilizarlas en espacios exteriores”. Sin embargo, la consejera ha anunciado que, en Cantabria, “haciendo un esfuerzo al que el Gobierno autonómico está dispuesto”, será posible reducir, como este año, el número de alumnos por aula. Así, el curso arrancará en septiembre con unas ratios de alumnos por aula similares a las de este curso, que se mantendrán, al menos, durante el primer trimestre completo.
En este sentido, considera que sería una “complicación añadida para los centros” plantear distancias distintas en las aulas–el documento estipula un metro para escenarios de baja trasmisión y de entre 1,2 y 1,5 cuando ésta sea superior- en función de la transmisión comunitaria en ese momento, que forzaría a los equipos directivos a, “casi de un día para otro”, tener que buscar espacios alternativos o establecer docencia telemática para una parte del alumnado. “El curso, aunque previsiblemente mejor que éste, será también complejo, y tener que variar la organización de los centros en función de la evolución semanal de la pandemia sería complicar aún más la cosas a los docentes y equipos directivos”, dice la consejera, quien considera que lo más apropiado, por motivos “sanitarios, pero también pedagógicos”, es realizar un “nuevo esfuerzo” para establecer medidas “más garantistas, que supondrán una mayor inversión, pero que permitirán no tener que variar las distancias ni el número de alumnos por aula en función de la incidencia concreta del COVID en cada momento”.
Por eso, tal y como se ha hecho este año, se reforzará la plantilla de docentes para que los centros puedan establecer desdobles permanentes en las aulas, con la “mayor distancia posible entre el alumnado de aquellas etapas donde no están establecidos como grupos de convivencia estable y con grupos reducidos en Infantil y Primaria”.
Y ello a pesar de que el documento elaborado por el Gobierno central permite “flexibilizar el tamaño de los grupos”. En este punto, Lombó ha asegurado que se mantendrá el refuerzo docente en todos aquellos casos en el que los centros los estén utilizando para establecer “desdobles permanentes, es decir, grupos estables más pequeños”. “Si en un centro determinado con dos líneas de primer curso de Primaria este curso se han establecido tres grupos y no hay variaciones sustanciales en la matrícula que lo expliquen, esos alumnos empezarán en septiembre en tres grupos de segundo de primaria”, ha ejemplificado.
Adaptar las medidas a la “realidad” de cada territorio
Por otra parte, ha afirmado que es “necesario adaptar algunas medidas a la realidad de las Comunidades Autónomas”. Es el caso de la interacción en exteriores en las etapas de Infantil y Primaria. El documento del Ministerio establece en el escenario de “nueva normalidad se permite la interacción entre grupos de un mismo curso sobre todo en actividades al aire libre”. En este punto, Lombó ha trasladado a la ministra la “realidad de la escuela rural”, en el que hay centros con una única línea por curso o incluso una línea mixta con alumnado de distintos cursos. Ha solicitado que se incluya que, en esos casos, se permitirá la interacción entre alumnado de dos o tres clases distintas, para que “su realidad concreta” quede también recogida.
Por último, la consejera ha solicitado al Ministerio que, trazado el escenario, convoque ahora una Conferencia Sectorial de Educación para analizar las necesidades de fondos excepcionales que permitan a las Comunidades Autónomas el establecimiento de unas medidas que, ha dicho, en la “práctica serán muy similares a las de este curso”. En este punto, ha recordado que este año el refuerzo en personal ha supuesto una inversión superior a los 20 millones de euros. “Necesitamos realizar un esfuerzo presupuestario que ha de ser compartido entre el Gobierno central y los ejecutivos autonómicos”, ha finalizado.