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La UC participa en el proyecto europeo HERMES para fortalecer el uso compartido de recursos bibliográficos

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La crisis del COVID-19 y el confinamiento impulsaron la cooperación interbibliotecaria para crear herramientas que aspiran a ser permanentes.

La Universidad de Cantabria está participando, a través de su Biblioteca (BUC), en el proyecto europeo HERMES, que reúne a socios de cinco países para facilitar el uso compartido de los recursos accesibles electrónicos por parte de las bibliotecas, en apoyo a las actividades de formación e investigación de la comunidad universitaria. Las entidades implicadas son el Consejo Nacional de Investigación de Bolonia (Italia), que lidera la iniciativa, la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA, con sede en Holanda) y las bibliotecas de las universidades de Balamand (Líbano), MEF (Turquía) y Cantabria.

El proyecto tiene su germen en la crisis del COVID-19 y el confinamiento, cuando se produjo una dificultad para acceder a los recursos bibliográficos, que se seguían necesitando para la docencia y la investigación. Carmen Lomba, responsable del Servicio de Préstamo Interbibliotecario de la BUC y de la participación de la UC en HERMES, cuenta que “surgió una iniciativa entre un grupo de bibliotecas voluntarias dirigidas por la IFLA, para facilitar el uso compartido de esos recursos”.

“Una vez que ya empezamos a abrir las bibliotecas, se pretende continuar con ese trabajo y, en base a la experiencia obtenida, mejorar y crear herramientas permanentes” para ello, explica. HERMES se enmarca y aprovecha el potencial de un servicio tradicional de las bibliotecas, que ha existido siempre, como es el préstamo interbibliotecario. “Individualmente no podemos tener en cada biblioteca todo lo que necesita la comunidad universitaria, así que lo pedimos a otras”, apunta Lomba.

En base a ello, el proyecto persigue tres objetivos concretos. Primero, “hacer un documento de reflexión sobre el uso compartido de recursos, los instrumentos necesarios para llevarlo a cabo, las cuestiones que lo condicionan -como el copyright y las licencias de los recursos-… una especie de manual para uso profesional”, explica Carmen Lomba.

En segundo lugar, los socios de HERMES trabajarán en desarrollar el programa que se utilizó durante el confinamiento, llamado RSCVD. Y por último, se harán iniciativas de educación a distancia para los propios bibliotecarios y para los usuarios de los servicios, que “ayuden a reforzar las competencias en encontrar documentos científicos de calidad para apoyar la formación e investigación”, según Lomba.

En definitiva, el proyecto tratará de “ponernos al día, desde el punto de vista del acceso al documento”, explica Carmen Lomba. Los productos resultantes de HERMES estarán disponibles para toda la comunidad académica internacional y se desarrollarán una serie de cursos piloto con las bibliotecas asociadas que trabajaron como voluntarias en el germen del proyecto, durante los inicios de la pandemia.

 

PIE DE FOTO: Carmen Lomba, responsable del Servicio de Préstamo Interbibliotecario de la BUC, en su puesto de trabajo.