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Santander – 24.06.2021
La consejera de Empleo y Políticas Sociales, Ana Belén Álvarez, ha visitado hoy las obras de adecuación de dos nuevas unidades de convivencia en la residencia San Cándido, en Santander, donde ha puesto en valor la apuesta de la Fundación por la modernización de sus instalaciones y su trabajo para lograr un modelo residencial de calidad, con una atención centrada en la persona.
La consejera ha estado acompañada en el trascurso de su visita por la directora de centros de la Fundación San Cándido, Gema de la Concha, y otros miembros de su patronato, quienes le han acompañado en su recorrido por las nuevas unidades.
Ha destacado que las obras ejecutadas se adaptan “perfectamente” a la nueva normativa que regula los requisitos estructurales, funcionales y de acreditación de los centros de Servicios Sociales, que ha entrado en vigor el pasado mes de abril, y que busca un modelo de atención a las personas dependientes, personalizado.
La inversión en estas dos nuevas unidades, que cuentan con un total de 27 plazas, ha supuesto una inversión de 1,13 millones de euros y ha recibido una ayuda de 234.000 euros por parte de la Consejería a través de la convocatoria del 0,7 del IRPF que gestiona el ICASS (Instituto Cántabro de Servicios Sociales).
Las dos nuevas unidades cuentan con 13 y 14 plazas respectivamente y ocupan la segunda planta del edificio más antiguo de los tres que constituyen el complejo residencial.
Cada una de ellas cuenta con servicios de comedor, botiquín y sala de estar independientes para atender a los residentes que ocupan 10 habitaciones individuales y dos dobles, una de ellas tipo apartamento.
Esta obra forma parte del proyecto de modernización de las instalaciones que San Cándido inició en 2009 y que continuará con la transformación de nuevas plantas del antiguo edificio que pasarán a estructurarse en unidades convivenciales.
Según ha recordado la consejera, la concepción modular de los centros, que se quiere potenciar desde Políticas Sociales, busca crear espacios lo más similar posible a un hogar y minimizar así los efectos negativos de la institucionalización, al tiempo que también se ha mostrado como “uno de los instrumentos más idóneos para preservar la salud de los usuarios ante una emergencia sanitaria”.
“Con esta nueva estructura la atención se pueda centrar mejor en las necesidades de cada persona y en los aspectos convivenciales y comunitarios del centro”, ha subrayado.
