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El acto de entrega se celebrará el día 17 de julio en el Centro de Estudios Lebaniegos de Potes
El BOC publica mañana el acuerdo del Consejo de Gobierno por el que se conceden de los premios ‘Beato de Liébana’, certamen que reconoce a personas y entidades que hayan fomentado la convivencia y la cooperación internacional, que en esta cuarta edición recaerán en Elena García Armada y Ana Patricia Botín.
En este sentido, este galardón se concede a Ana Patricia Botín en la modalidad de ‘Entendimiento y Convivencia’, por su actividad, trayectoria y contribución al entendimiento e integración en el ámbito internacional desde su labor como empresaria de alto nivel, siendo una de las mujeres más influyentes a nivel mundial.
Por su parte, Elena García Armada ha sido condecorada en la categoría de ‘Cohesión Internacional’ por su contribución al desarrollo de la cultura, el pensamiento, la investigación y la conservación del patrimonio desde una perspectiva de defensa y promoción de los valores cívicos y humanitarios. En concreto, el Gobierno ha valorado su trayectoria y su contribución a la innovación, a través una dilata carretera en la que siempre se ha mostrado como una firme defensora de los valores humanitarios y la mejora de la calidad de vida.
La entrega de este premio se llevará a cabo este año el próximo día 17 de julio en el Centro de Estudios Lebaniegos de Potes.
Ana Patricia Botín
Española y nacida en 1960 en Santander. Es licenciada en Ciencias Económicas por el Bryn Mawr College (Pennsylvania, Estados Unidos). Se incorporó a Banco Santander tras trabajar en JP Morgan (Nueva York, 1980-1988). En 1992 fue nombrada directora general. Entre 1992 y 1998 lideró la expansión de Santander en Latinoamérica.
Entre 2002 y 2010 fue presidenta ejecutiva de Banesto periodo en el que esa entidad fue reconocida como Mejor Banco en España por Euromoney durante tres años consecutivos. Entre 2010 y 2014 fue CEO de Santander UK y hasta abril de 2021 ha sido consejera no ejecutiva. Durante su etapa como CEO en Santander UK, lideró la transformación de tres antiguas sociedades de crédito hipotecario en uno de los bancos más innovadores del Reino Unido. En 2019, fue nombrada consejera no ejecutiva de Santander Holdings USA, Inc. y de Santander Bank, N.A. y en 2020 presidenta de PagoNxt, S.L.
Desde 2014 ha liderado la transformación cultural, comercial y tecnológica del Grupo Santander, centrándose en impulsar la confianza y fidelidad de los clientes. Bajo su liderazgo, Santander ha establecido una misión muy clara: contribuir al progreso de las personas y de las empresas de forma sencilla, personal y justa. El Grupo tiene el firme compromiso de desarrollar su actividad de forma responsable en beneficio de sus empleados, clientes, accionistas y de la sociedad.
Su compromiso con el crecimiento sostenible e inclusivo se ve reflejado en su actividad filantrópica. Es fundadora y presidenta de la Fundación CyD, que apoya y promueve la contribución de las universidades españolas al desarrollo económico y social del país, así como de la Fundación Empieza por Educar, filial española de la ONG Teach for All y cuya misión es formar como profesores a recién graduados con un buen expediente. Es también presidenta de Universia Holding, S.L. y de Universia España Red de Universidades, S.A. considerada una de las mayores redes cooperación universitaria centrada en Iberoamérica y que agrupa a más de mil universidades.
Es miembro del consejo de administración de The Coca-Cola Company y miembro del consejo asesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT). En febrero de 2021 ha sido nombrada presidenta de la Federación Bancaria Europea.
Elena García Armada
Española y nacida en Valladolid en 1971 es una ingeniera industrial española que lidera el grupo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que ha desarrollado el primer exoesqueleto biónico del mundo para niños con atrofia muscular espinal, enfermedad degenerativa que afecta a cerca de 2.000 menores en España. Es reconocida a nivel mundial.
Creció en un entorno científico. Su madre es doctora en Física y profesora de Universidad y su padre era catedrático de Electromagnetismo, creador de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones en Santander.
Doctora en Robótica en 2009 por la Universidad Politécnica de Madrid y científica titular en el Centro de Automática y Robótica (CAR) CSIC-UPM. Comenzó su trayectoria profesional especializándose en el diseño de robots orientados a la industria, hasta que en 2009 conoció a Daniela, una niña que a raíz de un accidente de tráfico quedó en un estado severo de tetraplejia. A partir de ese momento su trabajo se centró en fabricar dispositivos orientados a mejorar las facultades físicas, contribuir a la rehabilitación y aumentar la movilidad de niños que sufren enfermedades neuromusculares degenerativas.
Sus principales líneas de investigación abarcan la mejora en la agilidad de la locomoción en cuadrúpedos; la creación de exoesqueletos de extremidades inferiores y ortesis activas; la estabilidad dinámica en robots caminantes y su adaptación a terrenos complejos con perturbaciones ambientales.
Elena García Armada es además fundadora de Marsi Bionics, empresa derivada del CSIC y la UPM, cuyo objetivo es la investigación y creación de exoesqueletos pediátricos, estructuras basadas en soportes que se ajustan a las piernas y al tronco del niño, y que al incorporar motores que imitan el funcionamiento del músculo, le aportan fuerza para caminar y mantenerse en pie.
Uno de sus primeros proyectos fue SILO 4, un robot de 30 kilogramos donde se testó el algoritmo de mejora de control y estabilidad de la máquina y que permitía una mayor autonomía por parte del robot, prescindiendo así de supervisión humana. Al mejorar la adaptabilidad del robot al terreno (adaptando las patas según percibe perturbaciones y alteraciones) aumenta su equilibrio e impide que vuelque, lo que es fundamental para tareas de arrastre o transporte de cargas. SILO 4 está pensado para su uso en labores de reconocimiento y rescate en catástrofes y para labores de desminado.
En el campo de la creación de exoesqueletos pediátricos, el proyecto más destacado y premiado ha sido ATLAS 2020, un exoesqueleto de 9 kilogramos de peso capaz de controlar la rigidez mientras permite un movimiento más ágil y articulado mediante sus diferentes sensores de fuerza, presión y temperatura. Está dotado de articulaciones inteligentes que interpretan los movimientos del paciente detectando cuáles son deseados y cuáles indeseados, algo fundamental ya que en muchos casos existen movimientos espasmódicos que, mal interpretados, conllevan serios riesgos de seguridad al paciente. En mayo de 2021 obtuvo el marcado CE de la Agencia Europea del Medicamento y el Producto Sanitario, por lo cual puede comercializarse internacionalmente y beneficiar a 17 millones de niños con problemas neurodegenerativos
El premio
Estos premios se crearon por decreto del Gobierno de Cantabria el pasado año, con el fin de galardonar y expresar el reconocimiento de la Comunidad Autónoma a aquellas personas, grupos o entidades que, a nivel autonómico, estatal o internacional, se hubieran distinguido por su contribución al entendimiento, la convivencia, la integración y cooperación internacional, así como al desarrollo de la cultura, el pensamiento, la investigación o la conservación del patrimonio desde una perspectiva de defensa y promoción de los valores cívicos y humanitarios.
Se trata de premios honoríficos y se otorgan anualmente mediante un acuerdo del Consejo de Gobierno, tras la tramitación del procedimiento establecido en el referido Decreto y en las bases que se publiquen anualmente por parte del consejero de Presidencia y Justicia. El jurado ha estado formado por altos cargos y representantes de todas las consejerías del Gobierno de Cantabria.
En las anteriores ediciones recibieron el galardón en la modalidad de ‘Entendimiento y Convivencia’ Josep Borrell (2018), Silvio Rodríguez (2019) y Personal de los centros sanitarios y residenciales para personas mayores y con discapacidad de Cantabria (2020), mientras que en ‘Cohesión Internacional’ Manuel Gutiérrez Aragón lo recibió en 2018 y el Padre Ángel en 2019.
El galardón es una estatua de bronce, obra de la artista cántabra Mercedes Rodríguez Elvira. Representa unas alas de ángel, muy frecuentes en la iconografía de Beato, que dan protección al Monasterio de Santo Toribio de Liébana y al entorno montañoso que lo rodea. Tiene la misma composición que las estatuillas entregadas en las dos ediciones anteriores, pero, al tratarse de un premio colectivo, su tamaño y su peso son mayores, 60 x 45 centímetros y 38,5 kilos, concretamente. La figura se instalará posteriormente en el exterior del Centro de Estudios Lebaniegos de Potes.