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La expansión económica de la abadía de Santa Juliana consta del siglo X. El Rey Fernando I de Castilla le conceden privilegios y se le eximieron de ciertos impuestos.
Hasta 1150 se produce un gran despliegue económico por la abundancia de privilegios, por lo que también se producen una ampliación de su dominio señorial por gran parte de la geografía regional, y en particular por las Asturias de Santillana.
Por esas mismas fechas, el geógrafo Al Idrisci cita al monasterio de Santa Juliana como importante centro devocional en el itinerario de peregrinación a Santiago, pero la relación de Santillana con el camino es anterior, en el Cartulario de la Abadía, se recogían noticas relativas a los peregrinos que recorrían la costa camino a Santiago.
En el año 987 el conde García Fernández concede a Santa Juliana un privilegio para favorecer a “fratres et presbiteros peregrinos”. Un documento de 1117 relativo al monasterio de Santo Domingo de la Barquera, en Cortiguera, disponía de una barca para ayudar a cruzar la ría de Suances a peregrinos pobres, viudas, huérfanos, etc.
El proceso de expansión económica y cultural culmina con la concesión del Fuero en 1209 por el Rey Alfonso VIII.
