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Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos: “No podemos volver a la normalidad de un sistema que era injusto”

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Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, ha llamado a “aprender las lecciones de la covid-19” para “construir de forma diferente” las sociedades después de la pandemia. “No podemos volver a la normalidad de un sistema que era injusto”, ha asegurado.

Bachelet ha participado por videocongerencia en el curso Quo Vadis Europa? IXHacia una Unión Europea geopolítica, parte de la programación de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), dirigido por Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea y que en su jornada de hoy ha juntado a destacadas figuras como el pensador Sami Naïr o Cristina Narbona, vicepresidenta del Senado.

De este modo, la expresidenta de Chile ha pedido que se desarrollen “políticas más inclusivas” que se deben basar en la consideración de que los problemas “no afectan igual” a todos los segmentos de la población y ha reclamado que se usen más datos sobre las diferentes problemáticas de los colectivos más vulnerables, así como la creación indicadores de interseccionalidad entre estos grupos. “Los gobiernos tratan a sus poblaciones como si fueran homogéneas”, ha asegurado.

En este sentido, Bachelet ha advertido de ya antes de la pandemia las sociedades estaban dando señales de que “hay que cambiar el contrato social” y ha mencionado las protestas ciudadanas como ejemplo de la “insatisfacción con el modelo político y económico”, una insatisfacción que según ha añadido, ha sido “capitalizada por demagogos que han incrementado la intolerancia y el odio en la sociedad”.

En este cambio mundial, la expresidenta de Chile ha destacado el papel de la UE como “aliada natural” de las Naciones Unidas y como ejemplo de “multilateralismo inclusivo”. “Hay que reconsiderar el rol de la UE como promotor de valores y democracia en el mundo”, ha apuntado.

“Tenemos la oportunidad generacional de dejar atrás modelos que han dejado desigualdades y fragilidad para construir uno más inclusivo”, ha añadido.

Espacio para la autocrítica

Durante el curso se ha hecho un repaso también a las limitaciones y contradicciones o lo que Naïr ha definido como “dicotomía de valores” en el seno de la UE para poder liderar estos cambios

En este sentido, Narbona ha pedido “autocrítica” dentro del seno de la organización para tener un proyecto “claro y sin contradicciones internas” y ha puesto como ejemplo el pacto Verde europeo. “Seremos más verdes, sí, pero ¿a costa de quién?”, ha reflexionado.

En este sentido, la vicepresidenta del Senado ha destacado las contradicciones del “ambicioso plan para 2030” mientras “consumimos los productos fabricados en China, que emite el 25% de la contaminación y deslocalizamos ahí nuestras empresas”. En este sentido, ha señalado que la UE debe predicar con la “ejemplaridad y la coherencia” a la hora de defender los derechos humanos y la democracia.

Por su parte, Borrell ha señalado que la UE “no es una ONG ni una alianza militar” y ha apuntado a que “no tiene ni voluntad ni capacidad” para intervenir sobre el terreno. “Esto nos limita y nos impulsa a la vez”, ha señalado.

“Somos la potencia que más se preocupa por los derechos humanos, pero no es suficiente”, ha opinado el exministro.

El problema migratorio

Los ponentes han destacado el problema de la gestión migratoria como una de las principales debilidades en la imagen exterior de la UE y en su credibilidad para ser ejemplo de valores para el mundo. “Todos los días muere gente intentando llegar a las costas y la UE ha sido incapaz de diseñar una política de migración común”, ha apuntado Borrell.

Por su parte, Naïr ha opinado que “no hay alternativa a la actual política migratoria” y ha asegurado que la única opción posible es que haya “una política de desarrollo y democracia al otro lado del Mediterráneo.”

A esto se le añade, de acuerdo con Borrell el “importante análisis” de cómo se respetan los derechos humanos en los estados miembros, porque según ha señalado, aunque “todos se comprometieron en hacer efectivos los valores de los tratados, esto hay que verificarlo”.

“Estamos limitados por lo que somos”, ha finalizado el vicepresidente.