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El catedrático de la UC analiza los pilares sobre los que se asienta la transformación digital de las urbes, así como su impacto social
La mayor parte de las ciudades del mundo están inmersas en pleno proceso de transformación digital, pretendiendo ser “más sostenibles y habitables”. En opinión del catedrático de Ingeniería Telemática de la Universidad de Cantabria Luis Muñoz Gutiérrez, impulsor del proyecto SmartSantander, para cualquier urbe “es irrenunciable una apuesta decidida por la tecnología como motor de cambio hacia un nuevo paradigma en el que la eficiencia y ubicuidad de los servicios se conjugue de forma armoniosa con las necesidades y posibilidades de los ciudadanos”.
Analizar los pilares de esta transformación y el impacto que tiene en el tejido de emprendimiento tecnológico es el objetivo del artículo “La transformación digital de las ciudades y los ecosistemas de innovación”, que Muñoz ha elaborado para el libro “Buenas prácticas y casos de éxito en la transformación digital en Cantabria”, editado por la Consejería de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio del Gobierno de Cantabria, en colaboración con el Ayuntamiento de Santander, la Universidad de Cantabria -cuyo Plan Estratégico 2019-2023 establece la transformación digital como uno de sus ejes prioritarios-, Cámara Cantabria y Banco Santander.
Por parte de la UC participan en esta reflexión colectiva el rector, Ángel Pazos, y los profesores e investigadores Francisco Javier Azcondo, Alberto Pigazo, Mario Mañana, Ramón Beivide, Michael González Harbour, José Miguel López-Higuera, Luis Muñoz y Álvaro López, además de responsables del Instituto de Hidráulica Ambiental de la UC (IHCantabria). La obra está prologada por José Mínguez, responsable de Innovación de Endesa Energía, y coordinada por Carlos Barroso.
“ACELERADOR” PANDÉMICO
En su contribución, Luis Muñoz revisa cómo ha sido la “fulgurante” evolución de las ciudades en la última década hacia un nuevo concepto de urbe que “muy posiblemente tendrá fuertes implicaciones en los tradicionales modelos socioeconómicos e incluso productivos”. El catedrático opina que esos cambios se han acentuado con la pandemia y enumera después los factores que están acelerando la transformación digital de los ecosistemas urbanos, concepto en el que el Grupo de Ingeniería Telemática que dirige lleva trabajando de manera intensa en los últimos 10 años.
Como primero menciona el denominado Internet de las cosas, marcado por “el despliegue masivo de elementos de captación de información para monitorizar de forma ubicua en tiempo y espacio distintos parámetros vitales para la provisión de servicios en ciudades”. El experto pone ejemplos: niveles de humedad en parques para modular los ciclos de riego en base a las necesidades de cada momento y periodo del año, condiciones de tráfico en las principales arterias… “Se trata de una captación de datos para una toma de decisiones holística, que tiene en cuenta el conjunto de condiciones”, apunta Muñoz.
Una vez desplegada esa infraestructura, el objetivo ha sido aproximar la tecnología a los ciudadanos, desplegando servicios para diferentes colectivos. El catedrático lo ejemplifica con una app orientada a remitir incidencias en la ciudad (contenedores de basura en malas condiciones, señales de tráfico en localizaciones con mala visibilidad, etc.). Este tipo de aplicaciones “permiten que el Ayuntamiento actúe de forma inmediata para subsanar las deficiencias”.
DATOS Y COMPUTACIÓN
Luis Muñoz reflexiona también sobre la importancia de los datos, que se revalorizan gracias a la integración de tecnologías DLT (“blockchain” y otras) para una monitorización constante de la información, “y en el futuro construir ese paradigma de la economía del dato del que tanto se viene hablando”. Según el investigador, “la posibilidad de disponer de información en intervalos de tiempo acomodados a las necesidades de los diferentes servicios urbanos permite, por una parte, optimizar los puntos de operación de los diferentes subsistemas disminuyendo los costes de operación con las consecuentes implicaciones desde la perspectiva de la sostenibilidad”.
De cara al futuro, los expertos vislumbran cómo será este modelo de ciudades, asociado a conceptos como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (“machine learning”). Muñoz explica que “vamos a disponer de capacidades de cómputo más elevadas, muy próximas a los puntos de captación”, lo que permitirá “reducir los retardos y los consumos”, proveyendo “servicios de mayor calidad”, tanto desde la percepción del usuario como de la de los responsables de la gestión. Para que este escenario sea factible, el catedrático señala dos activos fundamentales: las infraestructuras de comunicaciones ubicuas y las redes inalámbricas, como es el caso de la quinta generación o 5G.
Por último, recalca el papel activo del ciudadano en relación con la tecnología. “Han ido surgiendo de forma espontánea diferentes iniciativas colaborativas y/o competitivas en aras de fomentar la participación creativa ante determinados retos y necesidades que van surgiendo en el día a día de la ciudad”. El profesor opina que este “tejido de cocreación e innovación” favorecerá la aparición de empresas que identifican nichos tecnológicos.