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La presidenta le reclama que despierte y gobierne porque Cantabria no puede continuar con un Gobierno que se limita a gestionar la pandemia y a resistir
La presidenta del Partido Popular, María José Sáenz de Buruaga, le ha dicho hoy a Miguel Ángel Revilla que el bote de las excusas creíbles se le ha terminado y le ha pedido que gobierne porque se está agotando el tiempo, la paciencia y la capacidad de resistencia de la región. “Estamos hartos de excusas, ocurrencias y palabras. Necesitamos un Gobierno con un presidente a los mandos, prioridades claras y realizaciones”, ha afirmado.
La líder de la oposición ha hecho estas afirmaciones durante su intervención en el pleno del Parlamento, donde esta tarde ha formulado una pregunta al presidente de la comunidad sobre las prioridades del Gobierno de Cantabria para el nuevo curso político de las que, según ha dicho, hasta ahora nadie sabe nada.
Según ha recordado Buruaga, obligado a cambiar de estrategia por las derrotas judiciales frente a sus restricciones extremas, Revilla se ha limitado a afirmar que la pandemia es terminal y que es hora de la economía, pero no ha dicho ni cómo, ni cuando, ni con qué políticas propias piensa impulsar el despegue económico de la región.
Y le ha reprochado que ni una sola de esas fórmulas mágicas que lleva predicando años y años ha funcionado, sino todo lo contrario, porque sus recetas están generando una incertidumbre paralizante que aleja la inversión, frena el consumo y deprime a los ciudadanos que no ven el final de un ciclo de destrucción de riqueza, empleo y oportunidades.
La consecuencia es que Cantabria ha vuelto a la cola del crecimiento económico y el empleo, a lo que se suman otros indicadores, como el del salario y el gasto medios de las familias, que se sitúan por debajo de la media; la cifra de hogares con dificultades económicas, que se han multiplicado por cinco, o el hecho de que los jóvenes cántabros sean los que más tarde se emancipan de todo el país cuando no son obligados a emigrar.
Para Buruaga, en Cantabria no hay nada que celebrar, ni en industria; ni en el sector ganadero, que cada vez soporta más costes productivos y, ahora, la amenaza del lobo; ni en materia de infraestructuras, donde Pedro Sánchez ha apeado a la comunidad de la red europea de transporte ferroviario mientras el Gobierno de Revilla andaba a por uvas.
Buruaga ha hecho hincapié en que nadie en Cantabria sabe cuál es el plan de futuro de Revilla, su plan para recuperar la región y responder a las necesidades más urgentes de los ciudadanos más allá de sentarse a esperar el maná de los fondos europeos que Pedro Sánchez mangonea a su antojo y en función de una agenda electoral.
Y ha avisado de que Cantabria no puede continuar con un Gobierno que se limita a administrar la pandemia y a resistir, incapaz de hacer funcionar el motor de la autonomía para socorrer a su tejido productivo y a sus ciudadanos y que no es capaz ni de asegurar que los cántabros puedan ver a su médico.
“Cantabria no puede resistir ni un minuto más las consecuencias de esta coalición en blanco. El tiempo se agota, como se agota la paciencia de los cántabros y se agota la capacidad de resistencia de una región que no es infinita”, ha dicho la presidenta, quien ha avisado a Revilla de que el bote de las excusas creíbles se le ha terminado y le ha pedido que se ponga a gobernar.
Según Buruaga, los ciudadanos están hartos de excusas, ocurrencias y palabras y necesitan un Gobierno con un presidente a los mandos, prioridades claras y realizaciones, porque su pasividad y su inacción acabarán siendo la ruina para esta región.
La presidenta ha concluido pidiendo a Revilla que no se tome sus críticas como una agresión, sino como el propósito de ayudarle.
“Esto no es un plató de televisión a los que va para que le hagan la ola, esto es el Parlamento y nosotros, el principal partido de la oposición, no sus aplaudidores”, ha afirmado Buruaga, quien ha subrayado que el Gobierno puede contar con el PP para lo serio, pero eso no significa que el partido vaya a comulgar con ruedas de molino ni a decir a todo amén.