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Martes, 22 de febrero
10:00 horas
Sección Tercera de la Audiencia Provincial
Procedimiento Abreviado 43/2021
Abuso sexual
Acusado de abusar de dos niñas, sobrinas de su mujer.
Según el escrito del ministerio fiscal, el acusado coincidía en las reuniones familiares de Navidad con las dos sobrinas de su mujer, que cuando tuvieron lugar los supuestos hechos delictivos contaban entre siete y diez años una, y ocho y once años la otra.
Señala la fiscalía que “al menos” entre los años 2013 y 2016 y “aprovechando la confianza derivada del parentesco”, cuando tenían lugar esas reuniones familiares navideñas, el acusado permitía que las menores jugaran con su teléfono móvil en el suelo del salón y estas “se recostaban, mientras el acusado, bajo la apariencia de darles un masaje, restregaba sus genitales sobre el cuerpo de las niñas, siembre sin quitarse la ropa”.
En una ocasión, indica el escrito de acusación que cuando se encontraba en la cocina de la vivienda el acusado llegó a tocar los genitales de una de las menores, que en ese momento contaba con siete u ocho años de edad.
Los padres denunciaron los hechos el día de Navidad de 2019.
Según la fiscalía, el acusado es autor de dos delitos continuados de abuso sexual, y la pena solicitada por cada delito asciende a cinco años y medio de prisión, libertad vigilada durante otros cinco años y prohibición de comunicar y acercarse a las menores durante siete años.
En concepto de responsabilidad civil, entiende el ministerio fiscal que debe indemnizar a las menores en 2.000 euros (1.000 euros por los daños morales a cada una).
La acusación particular que ejerce la familia de las menores se suma a la petición de condena de la fiscalía, y la indemnización que solicita es de 6.000 euros por el daño psicológico y moral a una de las niñas y 3.000 euros por el daño moral a la otra.
Miércoles, 23 de febrero
10:00 horas
Sección Tercera de la Audiencia Provincial
Procedimiento Sumario Ordinario 3/2020
Abuso sexual
Agresión sexual y violencia de género
Acusado de agredir sexualmente a quien años atrás había sido su pareja.
Según el ministerio fiscal, el acusado contactó con la mujer –con la que había roto seis años antes y de quien no tenía comunicación desde dos años atrás- mediante mensajería instantánea, indicándole que le había pasado algo grave y que tenía que verla en persona.
La mujer accedió a ello y, cuando se vieron, él le pidió que subiera al coche, a lo que ella no accedió.
Entonces, el acusado mostró a la mujer videos y fotos de ambos de contenido sexual de cuando eran pareja y le dijo que fuera con él “para arreglar el problema”.
La mujer, “ante el temor de que el encausado hiciese un uso indebido de dichos archivos, accedió a subir al vehículo y se sentó en el asiento delantero derecho”.
Entonces, el hombre la conminó “a cumplir sus fantasías sexuales, que describió detalladamente, dándole orden de apuntarlo en una tarjeta que le dio, o de lo contrario publicaría los vídeos sexuales”.
El acusado la dijo que le practicara una felación y, al negarse la mujer, arrancó el vehículo y se dirigió a una zona sin viviendas, donde la ordenó que se situase en el asiento trasero, “volviendo a recordarle la amenaza de difusión de los videos sexuales, por lo que ella se colocó en el asiento trasero”.
Él la ordenó que le hiciese una felación, lo que ella entonces hizo “ante el temor del perjuicio familiar, social y profesional que la provocaría la difusión de los videos por parte del encausado”.
Posteriormente, la ordenó que se bajase los pantalones, negándose inicialmente ella, “si bien finalmente accedió ante la insistencia de él y el recordatorio de los videos”. El hombre la penetró y eyaculó sobre su cuerpo.
En días posteriores, el hombre siguió enviando mensajes a la mujer, y días más tarde ella acudió a la vivienda de él para entregarle una cámara fotográfica y otros efectos que él le reclamaba.
En esa ocasión, el hombre la recibió en bata y, tras descubrirse, pensando que ella llevaba una grabadora, “con la intención de menoscabar su integridad física, la subió el jersey hacia la cabeza e introdujo los dedos en los ojos de ella, que pidió socorro a gritos”. Consecuencia de esta agresión, la mujer sufrió daños en ambos ojos.
La fiscalía explica en su escrito que el acusado está diagnosticado de trastorno bipolar de larga evolución con episodios maníacos por los que ha precisado tratamiento psiquiátrico y varios ingresos. En el momento de los hechos, “sufría una alteración grave de su capacidad volitiva relacionada con el déficit de control de impulsos”.
Por ese motivo, considera el ministerio público que debe tenerse en cuenta la concurrencia de la circunstancia atenuante de alteración psíquica.
Los hechos constituyen, a su juicio, un delito de agresión sexual, otro de violencia de género y un delito leve de vejaciones injustas, merecedores, todos ellos, de un total de nueve años y ocho meses de prisión, y prohibición de comunicación y acercamiento a la mujer durante doce años.
Además, solicita que se le imponga una medida de libertad vigilada tras la salida de prisión de ocho años, y una indemnización de 15.180 euros.
La acusación particular que ejerce la mujer se suma a las peticiones del fiscal y, además de los delitos por los que aquel acusa, añade un delito de detención ilegal, merecedor de dos años más de prisión y tres años más de prohibición de comunicación y acercamiento.
En concepto de responsabilidad civil, la acusación particular reclama una indemnización de 28.180 euros.
Nota:
Está previsto que este juicio continúe el jueves, a las diez de la mañana.
