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Amós de Escalante ya cuenta con una nueva placa en La ruta de Ilustres Santander

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La ruta de Ilustres Santander cuenta desde hoy con una nueva placa, dedicada en este caso al literato, historiador y folclorista Amós de Escalante.

La alcaldesa de Santander, Gema Igual, acompañada de numerosos familiares del homenajeado -entre ellos sus biznietos, Pedro Labat y Luis Escalante-, y de la concejala Miriam Díaz, ha sido la encargada de descubrir la leyenda en el número 2 de la calle homónima en la que nació y falleció Amós de Escalante.

Con ella, son 17 las leyendas que el Ayuntamiento de la ciudad descubre dentro de este nuevo recurso turístico, dedicadas a José María de Pereda, Augusto González Linares, Luis Quintanilla Isasi, Marcelino Sanz de Sautuola, Gerardo Diego, José Hierro, María Blanchard, Sor Ramona Ormazábal, Ataúlfo Argenta, Sixto Córdoba, Leonora Carrington, Manuel Arce, Mario Camus, Concha Espina, Matilde Camus y Ángel de la Hoz.

Igual ha recordado que en 1902 el entonces alcalde Pedro San Martín y la Corporación municipal de entonces ya dedicaron una lápida a Amós de Escalante que aún se encuentra situada en la calle y que desde 1907, ya por acuerdo municipal, se denomina como actualmente.

Hoy el Ayuntamiento ha dado un paso más y ha instalado esta placa como otro homenaje “merecidísimo” a un “santanderino de pro, nacido y fallecido en la ciudad, prendado de su tierra, no con amor irreflexivo y ciego, sino avivador del alma y los ojos, que puso a su servicio lo mejor de su pensamiento y de su corazón”.

“Hoy Santander vuelve a reconocer su legado, su persona y su talento con esta placa conmemorativa en la ruta de Ilustres que supone un nuevo reconocimiento de esta ciudad y de sus gentes, a las que honró e inmortalizó de la mejor forma posible, y que, de esta sencilla forma quiere recompensarle por la huella imborrable que ha dejado y por la inmortalidad de su obra y su figura”, ha destacado.

Por su parte, tanto el biznieto de Amós de Escalante, el también escritor Luis Escalante, como su madre -mujer del nieto de Amós- han agradecido al Ayuntamiento de Santander esta iniciativa “que reconoce la figura de un gran intelectual, además de un reconocido escritor y poeta”.

Una vez se instalan las placas de la ruta de Ilustres, desde la Concejalía de Turismo se incluye un apartado específico en la web de turismo para ampliar la información de cada uno de ellos, su trayectoria profesional y un mapa completo con los puntos del recorrido.

Sobre Amós de Escalante

Nacido en Santander, era hijo de un alcalde de la ciudad, Cornelio de Escalante, y de Petronila Prieto, además de descendiente de ilustres linajes montañeses. Estudió en el Instituto Cántabro, como hicieron Pereda y Menéndez Pelayo. Se licenció en Ciencias Físicas y Naturales en la Universidad Central de Madrid. No obstante, su pasión y vocación literaria, le llevó participar con artículos en la prensa santanderina y madrileña.

Fue un destacado cronista del diario La Época, donde se hizo célebre con el seudónimo de Juan García; y un asiduo colaborador del Semanario Pintoresco Español, de La Tertulia, de La Ilustración Española y Americana, del Boletín de Comercio, de El Atlántico, y de la Revista cántabro-asturiana, entre otras publicaciones.

En marzo de 1860 fallece su madre, y a partir de ese momento, su actividad literaria se multiplica en diversos periódicos. En 1880 se casa con María de la Colina y de la Mora, y se traslada a la capital cántabra, que ya no abandonará hasta su muerte.

Emplea tanto la prosa como el verso, firmando con el seudónimo de Juan García. Sus buenas maneras, y saber estar, llevaron a Juan Valera a decir de él en cierta ocasión a Menéndez Pelayo que era el mejor educado de los hombres y Menéndez Pelayo dijo en cierta ocasión que «los libros de Escalante los tengo sobre la mesa para aprender de ellos cada día».

Sus aficiones arqueológicas y eruditas y el apego a las tradiciones de su tierra, así como su preferencia por la estética del romanticismo, le llevaron a cultivar con éxito el género de la novela histórica. Es uno de los más destacados miembros de la escuela montañesa. Murió el 6 de enero de 1902, en su casa del barrio santanderino de Becedo, en la calle que lleva su nombre.