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Santander – 08.07.2021
El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, ha mostrado su “más absoluto rechazo” a la petición del ministro de Consumo, Alberto Garzón, de recomendar a la ciudadanía española que reduzca su consumo de carne al considerar que sus manifestaciones “se fundamentan en mentiras y tienen el único propósito de atacar y desprestigiar al sector primario”.
De esta manera, Blanco se suma al “estupor” manifestado por las principales asociaciones cárnicas del país, las organizaciones profesionales agrarias y los miles de ganaderos, empresas, trabajadores, técnicos y cargos públicos vinculados a los sectores ganaderos y cárnicos que “no entendemos la campaña de desprestigio que desde algunos sectores minoristas están realizando contra el sector primario, y mucho menos que ahora cuenten con la complicidad del presidente del Gobierno Pedro Sánchez, y el apoyo de algunos ministros e incluso de Bruselas”.
Sus afirmaciones, según Blanco, “están basadas en falsedades y en retorcer los datos para que parezca que vivimos en una sociedad distinta a la que quieren vender. El sector primario, en el caso de España y de Cantabria, es un ejemplo a seguir con sus actividades saludables, sostenibles y esenciales para el desarrollo socioeconómico del medio rural”.
El consejero cántabro no entiende que, desde el Gobierno central, y en este caso el ministro Garzón, al que exige una rectificación, estén intentando crear crispación en el sector ganadero-cárnico “a base de afirmaciones erróneas y equivocadas que lo único que hacen es confundir a la ciudadanía al afirmar que el consumo de carne perjudica a la salud y el planeta, cuando es precisamente todo lo contrario”.
“Los responsables políticos no estamos para crear conflictos o desatar polémicas. Nuestra labor es llegar acuerdos, consensos y fomentar el diálogo y el buen entendimiento por nuestra vocación de servidores públicos y por el bien de los ciudadanos”, ha considerado Blanco, quien ha acusado al ministro Garzón de difamar con sus declaraciones al conjunto del sector ganadero-cárnico.
Para Blanco, “es irresponsable usar los datos de forma interesada y afirmar que el consumo excesivo de carne conlleva el aumento de enfermedades en las personas cuando todos los indicadores internacionales reflejan que el patrón de dieta y de estilo de vida en España y en Cantabria es de los más adecuados del mundo”.
Los estudios respaldan el consumo de carne
Según Blanco, “los datos oficiales de emisiones hechos públicos por el propio Gobierno de España y de varias instituciones internacionales, han mostrado que estas informaciones parciales o interesadas están muy alejadas de la realidad en lo que nuestro país se refiere, y en otras muchas zonas del mundo, dado que las emisiones de los sectores ganaderos que se registran, como las de todas las demás actividades humanas, no son, ni mucho menos las principales responsables del cambio climático”.
Y para realizar estas afirmaciones, el consejero se basa en varios estudios, entre ellos uno desarrollado por investigadores del Centro de Tecnologías Físicas de la Universidad Politécnica de Valencia, con datos de la Agencia Espacial Europea, que dice que los niveles de concentración de dióxido de nitrógeno, uno de los principales responsables de la contaminación del aire, han disminuido una media del 64% en las principales ciudades españolas tras las medidas decretadas por la lucha contra la COVID, “cuando los sectores de producción y suministro de alimentos, muy especialmente los de producción ganadera, elaboración y comercialización de carne y productos cárnicos, han seguido realizando sus actividades, incluso con un mayor esfuerzo, para mantener abastecida a la población de forma adecuada con alimentos seguros y de calidad”.
También le ha recordado que el 90% del agua que se atribuye a la producción de carne procede de la lluvia y los gases de efecto invernadero que provoca la ganadería son “exageradamente” inferiores a los causados por el transporte, la industria, la electricidad o el consumo de combustibles.
“En los peores meses de la pandemia, con la industria parada al 50% y sin apenas coches por las ciudades, los niveles de contaminación en España se redujeron a cifras históricas nunca antes vistas y curiosamente nuestras vacas seguían pastando y haciendo la digestión”, ha subrayado Blanco, quien ha apuntado que la producción de carne representa el 7,8% del total de emisiones de gases de efecto invernadero en España frente al 27% del transporte, el 19,9% de la industria o el 17,8% de la electricidad, según datos de Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD).
El consejero ha asegurado que Cantabria “no va a tolerar” que desde Madrid y Bruselas intenten desprestigiar al sector primario, y en especial, al sector ganadero, “tachándole de perjudicial para la salud y el medio ambiente, cuando todo el mundo sabe y así lo demuestra año a año, sin pedir nada a cambio, que representan uno de los ámbitos sociales más comprometidos con la sostenibilidad y la transición hacia modelos de producción basados en la neutralidad climática y la circularidad, así como el empleo de calidad, la vertebración territorial, la igualdad de oportunidades y los patrones de consumo equilibrados y saludables para toda la población”.
Además, el consejero Blanco ha hecho un llamamiento al Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, “el ministro de los ganaderos y de los productores”, para que “tome las riendas en este asunto y no deje que sus compañeros de Consejo de Ministros se entrometan, como han hecho en el asunto del lobo, en las competencias de un Ministerio que, además, fomenta el consumo de carne con campañas de publicidad en los medios de comunicación”.
Guillermo Blanco se ha mostrado indignado y preocupado por la posición que está tomando el Gobierno central contra el sector primario. “Primero fue la decisión unilateral de incluir al lobo en el LESPRE sin contar con las comunidades autónomas por parte de la ministra Teresa Ribera y ahora que consumamos menos carne y que las vacas son las responsables del cambio climático, ¿cuál va a ser la siguiente ocurrencia?”, se pregunta el consejero.
Defensa del sector
Además, ha defendido el consumo de carne porque, en su opinión, “se trata de un producto de máximo valor que debe formar parte de una dieta rica y variada, y representa uno de los mejores ejemplos de consumo de proximidad y sostenibilidad cuando procede de nuestras ganaderías”.
“La conservación de nuestra biodiversidad y nuestros paisajes diversos tiene su mejor aliado en la ganadería extensiva”, ha sostenido Blanco, quien ha recordado que un comité de expertos de la ONU sostiene que la diversificación del sistema alimentario puede reducir los riesgos del cambio climático, con dietas equilibradas que incluyan alimentos de origen vegetal y de origen animal producidos en sistemas resilientes, sostenibles y con bajas emisiones de gases de efecto invernaderos, “ofreciendo grandes oportunidades de adaptación y mitigación, así como importantes cobeneficios significativos para la salud humana”.
El titular de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria ha considerado que la ganadería extensiva “no constituye un problema que esté actualmente contribuyendo al cambio climático, sino que es víctima y parte de la solución”, por lo que ha abogado por impulsar “entre todos, y sobre todo con la ayuda del Gobierno de España”, buenas prácticas en el sector, incrementando el apoyo social y político a la producción extensiva, potenciando los bienes públicos y privados y los servicios ecosistémicos que produce, y garantizando la sostenibilidad de los aprovechamientos.
Según Blanco, “está más que comprobado que el aprovechamiento ganadero de los pastos los convierte en sumideros de carbono, contribuyendo a la fertilización del terreno y a la retención del agua de lluvia, reduciendo la erosión y la desertificación, además de ser fundamental para la limpieza del monte y la prevención de los incendios forestales, así como para una mayor diseminación de nutrientes y el consiguiente aumento de la fertilidad del suelo”.
En este sentido, ha reafirmado el compromiso del Gobierno de Cantabria de “ir de la mano” del sector para desarrollar nuevos modelos de negocio basados en los usuarios finales y sistemas de explotación más sostenibles, así como nuevos modelos organizativos y mejoras en las conexiones entre las explotaciones y las comunidades locales.
También se ha mostrado partidario de un cambio en el modo alimentario para combatir el cambio climático, pero en el que la carne y el resto de productos ganaderos, como la leche, ha insistido, “debe tener un papel esencial”, dada su enorme contribución al desarrollo sostenible desde una base agroecológica en la que se valora y prioriza el consumo de productos locales, alimentos que contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático, además de favorecer el empleo, la economía y la cultura del medio rural.