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El consejero de Desarrollo Rural ha visitado las instalaciones de la destilería Siderit, en Piélagos, y ha puesto en valor su capacidad de innovación y su gran proyección de futuro.
Santander – 12.11.2021
El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, ha reafirmado hoy el compromiso de apoyo del Gobierno de Cantabria con la industria agroalimentaria y las iniciativas empresariales que contribuyen a mejorar la competitividad del sector en la región.
Blanco ha realizado estas afirmaciones durante la visita que ha realizado a las instalaciones de la destilería cántabra Siderit, ubicada en la localidad de Arce, en Piélagos, donde ha destacado la capacidad de innovación de esta firma y su gran proyección de futuro.
Además, ha puesto en valor los enfoques novedosos de la empresa dirigida por David Martínez y Rubén Leivas a la hora de producir, transformar y comercializar sus productos, así como su apuesta por la participación valorable y reconocible de jóvenes y mujeres.
Para Guillermo Blanco, “es muy importante que la industria agroalimentaria de la región cuenta con firmas punteras, como es el caso de Siderit, que ha sido capaz en apenas ocho años de historia de hacerse un hueco en el difícil mundo internacional de las bebidas espirituosas”.
En este sentido, ha insistido en el apoyo que su departamento presta al sector con una serie de ayudas, tanto para las nuevas instalaciones y mejora de procesos productivos como en el apoyo a la internacionalización, a través de la línea de ayudas a asistencia a feria, y ha animado a los emprendedores a presentar nuevos proyectos en las sucesivas convocatorias de este tipo de ayudas.
El consejero ha aprovechado la visita para reconocer el esfuerzo realizado por Siderit para “reinventarse durante los momentos más duros de la pandemia” y transformar su línea de negocio, la producción de bebidas premium de alta calidad, para fabricar hidrogel alcohólico y así “aportar su granito de arena a la región en la lucha contra el virus”.
“Fue un ejemplo de lo que hay que agradecer, reconocer y potenciar, y que puso de manifiesto el compromiso del sector primario con la sociedad en un momento en el que garantizar el abastecimiento de alimentos fue vital”, ha afirmado Blanco, quien ha transmitido a sus propietarios el compromiso de apoyo del Gobierno con el sector ante la crisis de suministro mundial que está provocando carencias en bebidas como el vodka o la ginebra.
En cualquier caso, ha confiado en la capacidad de adaptación de las empresas cántabras para diversificar su producción y apostar por el consumo del mercado local y de cercanía, que, en su opinión, “es lo más seguro en estos momentos y el que más contribuye a la dinamización de nuestras zonas rurales y al crecimiento socioeconómico de la región”.
El consejero ha estado acompañado en la visita por el director de la Oficina de Calidad Alimentaria de Cantabria (ODECA), Fernando Mier, y los responsables de Siderit, David Martínez y Rubén Leivas.
Los responsables de la firma han agradecido al consejero la visita que ha realizado a Siderit, así como el apoyo que su departamento les ha brindado en los últimos años para desarrollar su actividad en la región.
Siderit
La destilería Siderit nació hace 8 años y se dedica a la producción de bebidas premium de alta calidad, combinando formas artesanales muy identificadas con el territorio con equipos de producción innovadores. Inició su actividad en una nave de 80 metros cuadrados en la que producía 8.000 botellas al año. Hoy en día tiene su sede en una fábrica diez veces mayor y vende 250.000 unidades al año en más de 35 países. De hecho, el 85% de sus ventas está en el exterior.
Siderit es la única marca que destila en alambiques de vidrio en columna fraccionada con reflujo, muy utilizados en los laboratorios, pero poco explorados en el sector bebidas por su baja capacidad de producción y carestía, a pesar de que la pureza de cada destilado equivale a cinco destilaciones en un alambique tradicional de metal. La conexión con el territorio viene dada por el uso para su ginebra de botánicos endémicos de Picos de Europa como Syderitis Hissopifolia o té del puerto, que da nombre a la marca, y la elaboración del vodka a partir de alcohol obtenido por la fermentación de los azúcares de la leche, en lugar de la patata como es habitual.
Cuenta con 8 trabajadores directos y 5 indirectos, y en los últimos años ha recibido ayudas de la Consejería para la instalación y modernización de la industria por casi un millón de euros.
Debido a la rápida evolución del COVID-19 y ante la necesidad que equipos de protección y el desabastecimiento de geles hidroalcohólicos en el mercado, la empresa transformó su negocio y se puso a disposición del Gobierno cántabro para elaborar este producto sanitario y ayudar a combatir la pandemia.
Así, desarrolló una solución a partir de su experiencia en el mundo del alcohol y, en un primer momento, comenzó a fabricar hidrogel para el sector de las emergencias, aunque posteriormente ya obtuvo licencia de la Agencia Europea del Medicamento para poder suministrar a cualquier cliente. De esta forma, la marca abrió una nueva línea de negocio que le permite diversificar tanto su cartera de productos como sus potenciales clientes.