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Buruaga sobre la rectificación del cierre de la hostelería: no saben ni por dónde les da el aire

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Afirma que, con sus bandazos y sus cambios de criterio, el Gobierno autonómico ha dado un espectáculo bochornoso y jugado con el pan de miles de negocios y familias

La presidenta cree que cualquier medida es menos mala que el cierre

La presidenta del Partido Popular, María José Sáenz de Buruaga, ha afirmado hoy que, con sus bandazos y sus continuos cambios de criterio, el Gobierno autonómico ha dado un espectáculo bochornoso y jugado con el pan de miles de negocios y familias y ha advertido de que la rectificación respecto al cierre del interior de la hostelería es la demostración de su incapacidad para gestionar esta quinta ola.

“No saben ni por donde les da el aire”, ha dicho la presidenta tras la decisión del Gobierno de rectificar e implantar el certificado Covid para permitir acceder al interior de los locales de hostelería en los niveles 3 y 4, una medida que, en su opinión, es menos mala que el cierre, si bien ha criticado que el Ejecutivo regional pretenda trasladar la carga y los problemas a la hostelería, que bastante tiene con defenderse de sus ataques y sobrevivir.

La presidenta ha advertido de que Cantabria ha asistido esta semana a un circo de bandazos, desautorizaciones y anarquía en las declaraciones protagonizado por los socialistas y regionalistas, que han quedado en evidencia y provocado un daño innecesario en la confianza de los ciudadanos y en la imagen de la región en plena campaña turística.

Según Buruaga, se ha demostrado que se podía rectificar, que si se quiere se puede, que el cambio de la normativa era posible y el certificado Covid  viable para dar una solución, que era una cuestión de voluntad política y de sensibilidad.

De hecho, ha añadido, la emergencia sanitaria, el criterio de los técnicos a los que el Gobierno lleva un año responsabilizando de sus decisiones y la evidencia científica, que cambia de un día para otro, se han ido por el desagüe ante la presión política y social y el cálculo electoral.

Buruaga ha afirmado que cualquier decisión es menos mala que el cierre, pero también ha defendido que la rectificación del Gobierno es insuficiente porque el cambio de norma y de escenario debía haber conllevado la flexibilización de las restricciones, que siguen siendo las más severas y extremas del país, con una ampliación de los aforos y el pasaporte Covid como medida adicional de control del acceso a los interiores.

“No aciertan ni cuando rectifican”, ha sentenciado la presidenta, quien ha defendido que el Gobierno de Cantabria no se puede quedar en las medidas destructivas de la economía y el empleo, debe cambiar de estrategia y hacer todo aquello que hasta ahora ha descartado y se ha negado a hacer: reforzar la vigilancia epidemiológica, el sistema de rastreo y la detección precoz a través de los cribados masivos entre las personas jóvenes no diagnosticadas que, según el consejero, son el problema.

Además, ha pedido acelerar la vacunación de la población joven que es donde más circula el virus solapando la vacunación con el resto de grupos, como reclaman los expertos.

La presidenta ha recordado que el Partido Popular es el único que ha puesto sobre la mesa soluciones y pedido la revisión de la normativa para eliminar el cierre del interior de la hostelería en los niveles 3 y 4 y sustituirlo por la reducción de aforos, acudiendo al certificado Covid como medida adicional.

“Se ha demostrado que el PP es el único que tiene capacidad y soluciones para gestionar esta crisis. Quedó claro en la gestión en las residencias, en el plan de vacunación, en las propuestas económicas del plan de choque y ahora en las soluciones a la hostelería”, ha dicho Buruaga, quien ha contrapuesto la capacidad de su partido con la de un Gobierno sobrepasado, que no sabe por dónde le da el aire. “Estamos en las peores manos. En Cantabria no hay dos gobiernos, no hay ninguno”, ha añadido.

Y ha recordado que, por quinta vez, al Gobierno se le ha ido la situación de las manos y, en apenas un mes, ha pasado de la euforia al pánico y todo lo que los responsables sanitarios aseguraron que no iba a pasar, ha pasado.

“Tenemos un Gobierno que siempre llega tarde, que es incapaz de anticiparse y aplicar lo aprendido, que no escucha y no se deja ayudar y que es incapaz de mantener la coherencia y hablar a los ciudadanos con una sola voz. Una vez más se ha demostrado incapaz de equilibrar la protección de la salud, del trabajo y de los derechos de los ciudadanos”, ha concluido.