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Cantabria apoya la Estrategia Europea del Suelo

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El consejero de Medio Ambiente ha participado por videoconferencia en el Consejo Consultivo de Política Medioambiental para Asuntos Comunitarios.

Santander – 09.12.2021

El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, ha participado hoy, por videoconferencia, en el Consejo Consultivo de Política Medioambiental para Asuntos Comunitarios, y en el que se ha aprobado el apoyo al desarrollo en España de la Estrategia de la Unión Europea sobre el suelo para 2030, una iniciativa comunitaria que pretende renovar las políticas medioambientales sobre el suelo en la Unión para poder aprovechar los beneficios que proporcionan los suelos bien conservados para las personas, los alimentos, la naturaleza y el clima.

Al igual que el resto de comunidades autónomas, Cantabria ha expresado su apoyo a la renovación de esta estrategia ante la necesidad de establecer un marco y unas medidas concretas para llevar a cabo esa protección, que movilice, además, el compromiso social y los recursos financieros necesarios, el conocimiento compartido, las prácticas sostenibles y el seguimiento adecuado para alcanzar los objetivos planteados en la Estrategia.

Así, persigue combatir la desertificación, restaurar tierras y suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y esforzarse por lograr un mundo sin degradación de la tierra, además der restaurar áreas significativas de ecosistemas degradados y ricos en carbono, incluidos los suelos.

También eliminar gases de efecto invernadero en la Unión Europea para el sector de uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y silvicultura; alcanzar un buen estado ecológico y químico en las aguas superficiales y subterráneas; reducir las pérdidas de nutrientes y lograr avances significativos en la rehabilitación de emplazamientos contaminados.

Todo ello para reducir la contaminación del suelo y lograr un Europa climáticamente neutra, así como una sociedad resistente al clima, plenamente adaptada a los impactos inevitables del cambio climático para 2050.

Todas las comunidades autónomas, incluida Cantabria, han aplaudido la renovación de esta estrategia porque permitirá dotar al suelo del mismo nivel de protección que el aire, el agua y el medio ambiente marino, así como poner en valor el papel fundamental que desempeña el suelo a la hora de hacer frente a los desafíos de la sociedad relacionados con la mitigación y la adaptación al cambio climático, la reversión de la pérdida de biodiversidad y degradación del territorio, la contención de la desertificación y el fomento de una economía limpia y circular.

Conscientes del deterioro creciente de los niveles actuales de pérdida y degradación del suelo, las comunidades autónomas han coincidido en la necesidad de que esta nueva estrategia cuente con la aceptación y participación de todos los actores sociales.

En este sentido, han reclamado una mayor participación y un mayor reconocimiento de las comunidades autónomas para la correcta aplicación de la Estrategia, teniendo en cuenta las características, las singularidades y la problemática de cada territorio, y han abogado por usar criterios e instrumentos metodológicos comunes pero flexibles que permitan avanzar a los diferentes territorios en función de sus necesidades y características particulares.

También han abogado por implicar a los sectores privados relacionados con el uso del suelo y han defendido la puesta en marcha de planes de acción contra la desertificación para poder identificar las áreas más vulnerables y la puesta en marcha de las medidas necesarias para frenar la evolución de dichos procesos.

Conscientes de que la conservación del suelo es clave para un adecuado desarrollo forestal y el logro de territorios más resilientes, las comunidades autónomas han apostado por dar prioridad a las ayudas destinadas a la descontaminación de emplazamientos con pasivos mineros e industriales que puedan suponer un riesgo ambiental significativo.

También han reclamado herramientas de financiación que permitan llevar a cabo una adecuada investigación e intercambio de conocimientos sobre contaminantes emergentes, sobre las metodologías de evaluación del riesgo de contaminación del suelo o sobre la determinación de las mejores prácticas para la remediación.

Finalmente, han aplaudido la creación del Observatorio del Suelo como plataforma dinámica e inclusiva que desempeñará un papel clave en el objetivo fundamental de apoyar las políticas de la Unión Europea, garantizando que la Comisión pueda capitalizar plenamente la información disponible a través de flujos de datos integrados.