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El combate contra los bulos a debate en el curso de verano ‘Periodismo en los Tiempos de la Desinformación’, en el que participan Espido Freire, Carlos Fidalgo y Sergio del Molino.
La cofundadora de Maldita.es, Clara Jiménez, lleva años embarcada en una lucha sin cuartel contra la desinformación y los bulos. Su misión se resume en dotar a los ciudadanos de “herramientas para que no te la cuelen”. Y su receta infalible recomienda “frenar, pensar y verificar” toda aquella información sospechosa que recibimos en una época de constante infoxicación. Su máxima suena sencilla: “Ante la duda de que algo sea real, no compartir”.
Así lo ha recomendado durante su ponencia noticias falsas. La gran plaga del siglo XXI. Cómo combatirlas impartida en la Escuela Oficial de Idiomas de Laredo, dentro del ciclo Periodismo Narrativo en los Tiempos de la Desinformación que dirige el periodista y escritor Carlos Fidalgo entre el miércoles 7 y el jueves 8 de julio.
Frente a la expresión “noticia falsa” o “fake news” en su traducción inglesa, Clara Jiménez -que dará una conferencia abierta al público el jueves, 8 de julio, en Maliaño– prefiere usar términos como “bulo” o “desinformación”, para calificar un fenómeno que, sin ser nuevo, ha conocido una crecimiento exponencial en estos tiempos donde los dispositivos nos mantienen al ciudadano permanentemente conectado a un flujo de contenidos dudosos que muchas veces se intentan hacer pasar como información veraz.
PÉRDIDA DE CREDIBILIDAD
A la hora de analizar el porqué de esta avalancha de desinformación, ha citado como una de sus principales causas la pérdida de credibilidad de los medios de comunicación, agudizada desde la crisis económica. Los despidos masivos traducidos en redacciones diezmadas; el agotamiento del modelo de negocio tradicional de la prensa, con una publicidad online “que se paga muy mal”; el recurso a titulares “gancho” que invitan a pinchar para sumar visitas; o la competición por ser los primeros en dar la noticia y ganar con ello un mejor posicionamiento, a costa del rigor, son otros motivos que explican esta situación.
A ellos se suman los nuevos patrones de consumo informativo, con una preeminencia del móvil como soporte y un fuerte peso del whatsapp y otras redes sociales como canal a través del que se reciben los datos, donde los criterios de verificación brillan por su ausencia.
Todo ello, según la responsable de Maldita.es, ha dado como consecuencia la pérdida del “ancla” que antes tenían los ciudadanos, cuando identificaban las fuentes fiables al reconocer las cabeceras, o incluso con el sonido característico de las sintonías radiofónicas que marcaban con nitidez el paso a los espacios informativos: “Sin anclas no vemos el contexto, y sin él, no sabemos la seriedad o credibilidad de lo que nos llega”.
MOTIVACIONES ECONÓMICAS E IDEOLÓGICAS
En cuanto al protocolo de funcionamiento de Maldita.es, lo resume en “las tres D: Detectar, Desmentir y Difundir”. La fase de detección de los bulos la realizan escuchando a los ciudadanos, que son quienes les contactan y les remiten aquellos contenidos que les generan dudas. A partir de ese momento, se pone en marcha un procedimiento estandarizado, que incluye el contacto con las fuentes, para determinar la verdad o falsedad del asunto en cuestión.
Como criterios a la hora de escoger qué temas abordar, se imponen la “peligrosidad” del contenido, así como su “viralidad”. Y aquí no caben errores. “El mayor valor de Maldita es la confianza”, cree su directora. Finalmente, si se constata que el contenido era falso, hay que darle la mayor difusión posible al desmentido, tarea para la que de nuevo es importante la participación ciudadana.
Respecto a las motivaciones que laten tras la creación de los bulos, Clara Jiménez resalta tres razones principales. Por un lado, económicas, ya que se obtienen clicks masivos, que en muchos casos abren la puerta a todo tipo de estafas. En segundo lugar, hay motivaciones ideológicas, que al tergiversar la realidad persiguen estimular una determinada reacción o comportamiento. En tercer puesto, hay bulos cuya única razón de ser es lo que la experta denomina “ver el mundo arder”. Es decir, desencadenar una reacción que no tiene un beneficiario concreto.
La parte final de su ponencia la centró en presentar distintas herramientas de las que las propias agencias verificadoras se sirven para tratar de dilucidar la verdad o falsedad de los contenidos que analizan. Desde la realización de búsqueda inversa de imágenes, hasta el análisis forense de fotografías, pasando por otras tecnologías que ayudan a datar y contextualizar las imágenes objeto de duda.
Periodismo Narrativo en los Tiempos de la Desinformación es un monográfico con el objetivo de contribuir a formar ciudadanos críticos, estimular su creatividad y su capacidad para expresarse, y combatir el efecto pernicioso de las noticias falsas. Y, aunque el curso ha sido diseñado pensando en estudiantes de todo grado y materia, también es perfectamente apto para aspirantes a escritores, lectores de prensa y literatura y público en general. En realidad, para todo aquel que quiera estar bien informado y adquirir armas potentes contra la plaga en la que se están convirtiendo los bulos y la desinformación.