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Santander –02.06.2021
El Centro Cultural Los Arenales, en la Biblioteca Central de Cantabria, acoge desde el próximo viernes 4 de junio la exposición ‘Damos vueltas alrededor de la luz, aunque seamos consumidos por su fuego’, un proyecto fotográfico que reúne los trabajos de 13 fotógrafas de diferentes generaciones que, partiendo de un género clásico de las artes plásticas como el retrato, investigan aspectos relacionados con conceptos como cuerpo, representación e identidad.
Esta muestra, que cuenta con el apoyo y colaboración de la Vicepresidencia y Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte, está coordinada y comisariada por María Montesino y Raúl Lucio, y cuenta con trabajos de Belén de Benito, María De Las Casas, Pepa Delgado Acuña, Tamara García, Araceli Gedack, María Gil Lastra, María Gorbeña, Sonia Higuera, Laura Hojas, Marieta Laínz, Ana Martín Zurdo, Miriam Mora y Maite Moratinos.
Compuesto por un centenar de imágenes, este proyecto se completa con textos redactados por las propias autoras y centrados en sus trabajos, junto a otros elaborados por las historiadoras del arte Lidia Gil y Marta Mantecón, que ofrecen una visión de conjunto.
La primera parte del proyecto –el bloque principal titulado 13 ensayos fotográficos sobre cuerpo, representación e identidad– aglutina la mayoría de las imágenes. Se trata de una investigación abierta acerca del cuerpo y sus periferias, tratando de responder a cuestiones sobre qué y quiénes somos, cómo nos vemos, cómo nos representamos, cómo nos acercamos a los otros y cómo lo representamos en imágenes.
La segunda parte, titulada ‘Epílogo en tres actos’, recoge una serie de imágenes de lectura más transversal que operan sobre los espacios de aislamiento, el autorretrato y el pudor. En esta sección, la palabra juega un papel determinante como acompañante de las imágenes.
Combinando imágenes digitales provenientes de máquinas réflex con fotografías analógicas realizadas en formato medio, capturas de móvil, escanografías o procedimientos históricos antiguos como la cianotipia, estos trece ensayos fotográficos, discurren por caminos muy distintos: desde las ausencias de María Gorbeña hasta los sistemas binarios de género puestos en solfa por Maite Moratinos, pasando por la naturaleza como proceso curativo y formativo (María De Las Casas, Ana Martín Zurdo o Miriam Mora), la familia y la infancia (Pepa Delgado Acuña, Marieta Laínz y Belén de Benito), los cuidados (Tamara García), el tacto (María Gil Lastra) o introspecciones en los siempre complicados campos del yo, del nos(otros) y del “los otros” (Araceli Gedack, Sonia Higuera y Laura Hojas).
Raúl Lucio, comisario de esta exposición, ha señalado que este no es un proyecto de género o sobre el género femenino, ni está interesado en buscar o definir una “mirada femenina”. Según ha explicado, “está interesado en la mirada particular de cada autora y las relaciones que establece con su cámara, con su cuerpo y con el cuerpo de los otros”. Sin embargo, este sí es un proyecto feminista, ha precisado.
Las autoras no son invitadas, ha aclarado, son protagonistas que trabajan la imagen, que rompen techos de cristal, que huyen de estereotipos y que buscan su lugar -en igualdad- dentro del mundo.
Se trata de un proyecto en el que “las mujeres no aparecen, actúan y construyen espacios de resistencia”, ha concluido.
25 aniversario de ‘La ortiga’
Junto a la exposición que permanecerá instalada en la sala Concepción Arenal del 4 al 27 de junio, esta propuesta, desarrollada durante el último año, se completa con la publicación de los trabajos en un número monográfico de la revista ‘La ortiga’, conmemorativo del 25 aniversario de esta publicación.
Ambos dispositivos –fotolibro y muestra– están pensados para que interactúen de forma complementaria, buscando diálogos fructíferos entre ellos y planteando, al público que los observe, un pulso dialéctico con los mismos.
María Montesino, comisaria de esta exposición, ha comentado que la revista de arte, literatura y pensamiento La Ortiga cumple 25 años de existencia y resistencia cultural, una resistencia participada por muchas compañeras y compañeros que seguimos editando como manera de estar en el mundo, de poner en común aquello que nos afecta, que nos provoca, que nos seduce.
Tras recordar que ‘La Ortiga’, además de una revista es una asociación cultural sin ánimo de lucro, ha reivindicado la importancia de un tejido social y cultural crítico, que defienda el derecho a la cultura y la participación ciudadana en los procesos culturales. “Una cultura crítica alimentada por todas las personas y desde todos los espacios”, ha indicado, “una cultura descentralizada y transdisciplinar que pueda ser realmente emancipatoria y libre”.