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Santander – 25.08.2021
Las aulas cántabras contarán en el arranque del curso 2021-2022, que se inicia el próximo 7 de septiembre, con al menos 150 nuevos docentes, que se sumarán al refuerzo de 469 maestros y profesores del curso pasado. De este modo, en tan solo dos años, Cantabria ha reforzado la plantilla con más de 600 docentes, una cifra que se incrementará todavía “sustancialmente”, principalmente con los docentes que se contratarán gracias al programa de refuerzo educativo PROA+, financiado por el Gobierno de España. La previsión es que sean al menos cincuenta docentes más, cuya incorporación a los centros se producirá a partir del 1 de octubre.
Así lo ha dado a conocer la consejera de Educación y Formación Profesional, Marina Lombó, tras participar esta mañana en una sectorial de Educación extraordinaria y monográfica sobre el inicio de curso, que ha presidido la ministra del ramo, Pilar Alegría y en la que también ha participado la directora general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Pilar Aparicio.
Según ha destacado, el Gobierno de Cantabria ha tenido claro “en todo momento” que “es necesario y lo será hasta que pase la actual crisis sanitaria” hacer un esfuerzo en la contratación de personal. Así, según ha detallado, este refuerzo docente se realizar en base a tres “objetivos”. “Permitirá mantener los desdobles para garantizar grupos más pequeños, cubrirá las necesidades de nuevos grupos y titulaciones, especialmente en Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional y, finalmente, reforzará la atención educativa del alumnado más vulnerable”, ha explicado.
Se trata por tanto de un nuevo esfuerzo “sin precedentes”, gracias al que Cantabria contará este curso con la plantilla docente “más amplia de su historia”, para cumplir con el doble objetivo “pedagógico y sanitario”.
Además, y según ha detallado, tanto los docentes de Secundaria que obtuvieron plaza en el proceso selectivo celebrado este verano como la práctica totalidad de los interinos tienen adjudicado su destino para este curso desde el 7 de agosto y este mismo viernes se adjudicarán nuevas plazas por necesidades COVID. Así, y gracias a esta “planificación” todos los docentes se incorporarán a los centros a partir del 1 de septiembre. “Los refuerzos estarán en los centros desde el día 1, para preparar el curso junto al resto de la plantilla”, ha enfatizado Lombó, quien ha recordado, además, que la Consejería mantendrá mientras dure la crisis sanitaria las sustituciones diarias de los tutores de Infantil y Primaria, para “no romper los grupos burbuja”.
Protocolo sin cambios
Por otra parte, Lombó ha explicado que el curso se iniciará en Cantabria “tal y como estaba previsto” en el protocolo general de vuelta a las aulas que la Consejería publicó en el Boletín Oficial de Cantabria el pasado 18 de agosto. “No hay cambios, el texto publicado es el que regirá el próximo curso que será, al menos en su inicio, muy similar al pasado, con una ligera flexibilización, especialmente en el ámbito de las actividades extraescolares y complementarias”, ha apuntado Lombó.
En este sentido, ha recordado que la comunidad educativa conoció el borrador inicial el 20 de julio, un texto prácticamente idéntico al publicado en el BOC el 18 de agosto. “Dentro de la incertidumbre asociada a esta situación, hemos trabajado siempre con el objetivo de que los centros educativos contasen con margen suficiente, porque entendemos que la planificación es imprescindible en este escenario”.
En cuanto al inicio de curso, la consejera considera que nos encontramos en una situación “mejor que la del año pasado”, en el que, pese a las lógicas incertidumbres, el curso fue “mucho mejor de lo esperado”, principalmente gracias al “trabajo, el compromiso y la responsabilidad” de toda la comunidad educativa. Ahora, sostiene, la situación permite una “mayor tranquilidad”, principalmente por la “experiencia adquirida, la implantación de unas medidas que se ha demostrado que funcionan y el avance de la vacunación”.
Pero, aún con todo eso, reconoce que hay factores que hacen necesaria mantener “la prudencia”. “La incidencia es alta en Cantabria, la variante Delta tiene una mayor transmisibilidad y una gran parte del alumnado es menor de 12 años y no estará vacunada”, ha reconocido Lombó. Por estas razones ha mandado un mensaje claro: “No podemos bajar la guardia, es imprescindible seguir cumpliendo las medidas de higiene, distancia, ventilación y uso de la mascarilla, medidas que, en una situación más difícil, nos permitieron desarrollar el curso garantizando la presencialidad de todo el alumnado en condiciones de seguridad”.
Vuelta a las aulas
El protocolo general de vuelta a las aulas, publicado el pasado 18 de agosto en el BOC, se elaboró en base al documento redactado por los Ministerios de Educación y Sanidad. Posteriormente se realizó una ronda de consultas con todos los agentes de la comunidad educativa cántabra y, cerrado el texto definitivo, fue avalado por la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Cantabria.
Según establece el texto, los centros educativos deberán actualizar sus planes de contingencia en base a las medidas de este nuevo curso y remitir ese documento a su inspector de referencia. Además, toda la comunidad educativa de cada centro deberá conocer, al menos, las medidas que le afectan directamente con anterioridad al inicio de las actividades lectivas con el alumnado.
El protocolo mantiene gran parte de las medidas implantadas el pasado curso como la toma de temperatura, ventilación cruzada, entradas y salidas escalonadas, turnos de comedor, refuerzo de la limpieza, y la presencia del coordinador COVID para el funcionamiento del ‘corredor educativo’ que las Consejerías de Sanidad y Educación se han comprometido a mantener hasta el final de la crisis sanitaria, entre otras. De nuevo se gestionarán la incidencia del COVID a través de la aplicación puesta en marcha el pasado curso, GESCARE, en el que se lleva a cabo el seguimiento de toda la comunidad educativa de Cantabria.
La mascarilla será otra vez obligatoria para el alumnado a partir de primero de Primaria, y recomendable para alumnos de 3 a 5 años, un elemento de protección que será también obligatorio en los patios. Sólo podrá prescindirse de su uso en los momentos de ingesta de alimentos y bebidas, en la práctica de Educación Física en exteriores si se puede mantener la distancia interpersonal de 1,5 metros, y durante las actividades organizadas cumpliendo las dos premisas: exteriores y distancia.
Con respecto al interior del aula, se mantiene la organización del curso pasado con grupos estables de convivencia en Infantil y toda Primaria, constituidos por el alumnado y el tutor y el técnico de Infantil en esta etapa.
Cuando Cantabria alcance un escenario de ‘nueva normalidad’ se permitirá interactuar en exteriores a alumnado de un mismo curso (en centros con hasta dos líneas por curso, dos incluidas, se permite entre alumnos de dos niveles distintos, siempre del mismo ciclo; en los de una se permite interacción de toda la etapa, y en los Centros Rurales Agrupados todo el alumnado).
Además, se levanta la prohibición de compartir material que rigió el pasado curso, por lo que los centros recuperan el juego y las actividades con material compartido, un aspecto que será posible para el alumnado que comparte espacio en los recreos, es decir, los integrantes del grupo burbuja y de varias aulas en nueva normalidad.
Por otra parte, se flexibiliza la celebración de actividades complementarias y extraescolares y se recuperan las salidas fuera del centro, que el pasado curso sólo podían realizarse a pie, exceptuando aquellas que impliquen pernocta. Esta norma se revisará periódicamente.