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La Consejería de Desarrollo Rural destina 124.000 euros para fomentar la apicultura y apoyar medidas de lucha contra las agresiones y enfermedades de las colmenas
El Boletín Oficial de Cantabria (BOC) publica hoy la orden de ayudas, por valor de 124.000 euros, que la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente destina este año para la mejora de la producción y comercialización de miel en Cantabria.
Cofinanciadas por el Fondo Europea Agrícola de Garantía (FEAGA), las subvenciones están dirigidas a las cooperativas y organizaciones apícolas y a los titulares de las explotaciones apícolas que realicen su actividad desde antes del 1 de enero de este año, a excepción de aquellos titulares que hubieran adquirido dicha titularidad ante el fallecimiento, jubilación o incapacidad laboral del titular.
Entre los requisitos para poder optar a este tipo de ayudas, destaca la justificación de haber realizado al menos un tratamiento al año frente a la varroasis, enfermedad que afecta a las colmenas, entre los meses de septiembre y noviembre del año precedente; disponer de un seguro de responsabilidad civil; haber realizado la declaración anual de censo antes del 1 de marzo del año en curso, y cumplir las previsiones de la normativa apícola en vigor.
En cualquier caso, no darán derecho al cobro de las ayudas aquellos colmenares abandonados y las colmenas muertas, ni aquellas que no indiquen el código de identificación de la explotación. Tampoco serán objeto de ayuda las que no estén inscritas en el registro de explotaciones apícolas de Cantabria ni las que sobrepasen la capacidad máxima autorizada para cada asentamiento registrado.
En cuanto a la cuantía, los 124.000 euros serán cofinanciados en un 50% por el FEAGA, un 25% con cargo a los Presupuestos Generales del Estado y en un 25% con cargo a fondos de la Comunidad Autónoma de Cantabria.
La cuantía individual de la ayuda no podrá superar el gasto efectivamente ejecutado y se fijará en función de la clasificación de explotaciones apícolas, con los límites máximos de 600 euros, para explotaciones de autoconsumo; 3.000 euros, para explotaciones no profesionales, y 18.000 euros, para explotaciones profesionales.
En todo caso, serán subvencionables las actividades e inversiones efectuadas por los solicitantes desde el 1 de agosto del año precedente al de la convocatoria de las ayudas hasta el 31 de julio del año en curso.
Las actividades e inversiones que pueden subvencionarse con este tipo de ayudas son la prestación de información y asistencia técnica a los apicultores y a las organizaciones de apicultores; la lucha contra las agresiones y enfermedades de las colmenas, en particular contra la varroasis; la racionalización de la transhumancia; medidas de apoyo a los laboratorios de análisis de productos apícolas para ayudar a los apicultores a comercializar y valorizar sus productos; medidas de apoyo a la repoblación de la cabaña apícola, y la mejora de la calidad de los productos para explotar su potencial en los mercados.
Las solicitudes se deberán presentar en el registro de la Consejería, en las oficinas comarcales o en cualquiera de los lugares permitidos por la ley, en el plazo de 30 días hábiles, contados a partir del día siguiente al de la publicación del extracto de la presente resolución en el BOC.
El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, ha destacado el incremento experimentado por la cuantía de estas ayudas como muestra del compromiso del Gobierno de Cantabria de seguir impulsando un sector, el apícola, que contribuye de manera decidida a la conservación del medio ambiente y la biodiversidad de la Comunidad Autónoma.
Se ha mostrado partidario de seguir impulsando iniciativas que mejoren la actividad en la región para que redunden en una potenciación de la extraordinaria calidad de los productos que se generan en Cantabria, tales como la denominación de origen protegida ‘Miel de Liébana’, las mieles de producción ecológica y las que cuentan con sello CC Calidad Controlada.
También ha reconocido el papel que desempeñan los profesionales del sector a la hora de hacer frente a las amenazas que afectan a la apicultura, tales como los plaguicidas, los parásitos, el cambio climático, los sistemas de manejo, la sobreexplotación y, sobre todo, la presencia de especies invasoras como la avispa Velutina.