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El Ejecutivo urge a poner fin al “bloqueo” del proceso negociador tras 19 días de huelga y 13 reuniones de mediación.
El Gobierno de Cantabria considera necesario acudir al arbitraje voluntario para tratar de resolver el conflicto que vive el sector del metal al considerar agotada la vía de la negociación, después de más de 5 horas de reunión esta tarde en el ORECLA.
Ante el “bloqueo” que sufre la negociación, cuando se cumplen 19 jornadas de huelga y tras 13 reuniones de mediación que han resultado hasta el momento infructuosas, el Ejecutivo cree que la vía del arbitraje ofrece “una posible salida para tratar de alcanzar una solución”.
El arbitraje ha sido planteado también como opción por el órgano mediador del ORECLA, con quien las partes se han reunido esta tarde a petición del Gobierno cántabro, que esta misma mañana ha mantenido un encuentro para analizar la situación, en el que han participado el presidente, Miguel Ángel Revilla; el vicepresidente, Pablo Zuloaga, y los consejeros de Industria, Empleo y Presidencia, Javier López Marcano, Eugenia Gómez de Diego y Paula Fernández, respectivamente.
El Ejecutivo se encuentra “profundamente preocupado” por los efectos que la huelga está teniendo sobre el sector del metal, por lo que considera “imprescindible” impulsar un acuerdo que ponga fin al conflicto laboral “de forma inmediata”. A su juicio y a la vista de los avances registrados en los últimos encuentros, ese entendimiento es “perfectamente posible sin más demoras, ni intervenciones, siempre que exista voluntad para alcanzarlo”.
De hecho, tras su reunión de esta mañana el Gobierno ha señalado que ese acuerdo estuvo “al alcance de la mano” el pasado sábado, por lo que ha realizado un llamamiento a la “responsabilidad de todos” para que cerrar el conflicto “cuanto antes”.
Asimismo, ha valorado los avances registrados en los últimos días en la negociación colectiva, que en su opinión sitúan al sector del metal cántabro ante la posibilidad de dotarse de “uno de los mejores convenios de toda España”.
Para el Gobierno, sería “una temeridad” mantener el conflicto laboral y “prolongar las pérdidas enormes” que, después de 19 días de huelga, están sufriendo tanto las empresas como los trabajadores.