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Carlos Fidalgo clausura en Laredo el curso de la UC sobre periodismo

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Laredo clausura el curso de verano ‘periodismo narrativo en los tiempos de la desinformación” reivindicando las técnicas y armas de la literatura para una comunicación más eficaz

La encrucijada en que se encuentra el periodismo en la actualidad estimula a buscar soluciones que afiancen su supervivencia y recuperen el interés de los lectores. Carlos Fidalgo, director del curso de verano de la Universidad de Cantabria (UC) periodismo narrativo en los tiempos de la desinformación, aboga por aferrarse a la esencia del oficio para sustentar una propuesta ganadora. “Creo que hay hueco para el periodismo que no está tan preocupado de ser el primero en contar las cosas, sino de ser el que mejor cuenta las cosas”.

Con este objetivo, ponentes y alumnos han pasado por las aulas de la sede de la UC en Laredo, para analizar en profundidad los recursos que brinda un estilo que, ya en el siglo pasado, deparó algunas de las mejores páginas del periodismo mundial. “Este curso lo que ofrece es volver la vista atrás a lo que en los años 60-70 se llamaba Nuevo Periodismo”, explica Carlos. Y concreta: “Es volver la vista al uso de las técnicas y las armas de la literatura para contar la realidad, en reportajes y en crónicas”.

MÁS PROFUNDIDAD

Según el profesor, la revolución digital está trayendo cambios “que en muchas ocasiones aportan y enriquecen al periodismo”, pero que también acarrean problemas. “Traen una serie de vicios, como la aceleración informativa, la falta de rigor, los ciberanzuelos, la tiranía del clickbait. Todo eso está incluso hasta cambiando el lenguaje periodístico, la forma de redactar”.

La consecuenciaes la falta de credibilidad de los medios, traducida en una pérdida de confianza de los lectores, de los oyentes y de los espectadores respecto a los medios de información tradicionales. Fidalgo cree que la solución está en el rigor y la profundidad: “Contenidos más profundos, más elaborados, que algún experto ha denominado periodismo lento, en el que tratamos de abordar la realidad a partir de personajes y escenarios que no siempre están en la agenda de los medios tradicionales, pero que en un momento dado nos ayudan a conocer y a captar un ambiente y un escenario mucho mejor que en la forma convencional”.

Salvando la distancia física y temporal, durante el curso se ha cedido la palabra y el protagonismo a la obra de auténticas leyendas del periodismo narrativo. Figuras como John Hersey, periodista norteamericano, autor de títulos como Hiroshimay ganador del Pulitzer con Una Campana para Adano;  o la periodista bielorrusa Svetlana Alexiévich, premio Nobel, con un libro capital como Voces de Chernóbil. Tampoco han faltado maestros de la talla de Gay Talesse, y Joseph Mitchell, que escribían perfiles de gente anónima en Nueva York.

De vuelta al presente, Carlos se ha remitido a su propia labor en el Diario de Leónpara exponer cómo aplica todas estas técnicas del periodismo narrativo. Parafraseando a Tom Wolfe-otro de los grandes del género- “se puede hacer periodismo en un estanque -los grandes libros, los grandes formatos- o en un vaso de agua -que serían las páginas de un periódico, donde el espacio es mucho más reducido”.

VÍA DE FUTURO

En este contexto se justifica plenamente la clase magistral impartida por Sergio del Molino, “para que los alumnos vean cómo se puede aplicar eso para escribir un gran ensayo, incluso novelas que bordean la ficción y la realidad”, como ocurre en La PielContra la España vacíaLa España vacía, entre otras obras de relevancia.

En este maridaje del periodismo con la literatura, también ha aportado su experiencia Espido Freire. Una escritora con amplio bagaje en lo que a literatura basada en sucesos reales se refiere. Es el caso de Llamadme Alejandra, donde se ha documentado a fondo para hablar de la Revolución Rusa y la muerte de los zares. Tiene también alguna otra novela histórica anterior, como La flor del Norte, novela histórica sobre una joven princesa noruega que acabó de infanta de Castilla; o Soria Moria, ambientada en la Primera Guerra Mundial, en las que abunda en esta dirección.

Carlos considera que el periodismo narrativo puede convivir perfectamente con el de la inmediatez: “Soy partidario de que el medio digital difunda gratuitamente los contenidos de interés público, las noticias inmediatas, de agencia. Pero también de que este tipo de contenidos más elaborados, que requieren más tiempo y más medios, tengan su hueco y ayuden a hacer más atractivo el medio a la hora de captar lectores y suscriptores. Al fin y al cabo, esa va a ser la salida y la solución para que el periodismo salga de esta crisis”.