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Tal y como ha reconocido el responsable de la biblioteca, Mario Corral, “es una obra básica que no teníamos y, dado que ésta es una biblioteca especializada con un fondo histórico importante, no podía faltar”.
Además, este manual “nos va a ayudar a leer mejor nuestro pasado, de dónde venimos, en definitiva, quiénes somos”.
“Sabemos”, ha añadido Mario Corral, “que el Hospital Valdecilla fue inaugurado en el año 1929 de la mano del Marqués de Valdecilla, pero solemos olvidar que el proyecto original es de 1918, el más duro de la mal llamada gripe española”.
Según el relato histórico de Corral, es en ese contexto cuando la población reclama la construcción de un nuevo hospital que sustituyera al antiguo de San Rafael, actual sede del Parlamento de Cantabria, ya obsoleto.
“Al frente de esas reclamaciones estaban los obreros, que exigían que la sanidad dejara de ser sinónimo de beneficencia, como lo era entonces, para convertirse en un servicio público”, ha explicado Mario Corral. De hecho, aquellas reivindicaciones desembocaron en la creación, en los años 20 del siglo pasado, de la Casa de Salud Valdecilla, cuyo primer director gerente, Wenceslao López Albo, cuya familia era oriunda de Colindres, era muy sensible a la causa obrera. “Gracias a él, el hospital aunó novedad, practicidad y modernidad”.
El autor del manual, Antonio Oller, fue un cirujano madrileño especializado en Suiza, de extracción obrera, que se vio fuertemente influido por el catedrático cántabro José Ortiz de la Torre y Huidobro, vinculado a la Compañía de Ferrocarriles del Norte. Antonio Oller fue el primer director del Instituto de Rehabilitación Profesional, entidad pionera creada el año 1922, al albur de la reforma aprobada ese mismo año de la Ley de Accidentes de Trabajo, de 30 de enero de 1900, primer fruto legislativo de la reforma social española que abandonaba la senda de la beneficencia.
En 1932 fue nombrado director médico del Instituto Nacional de Previsión y fundó la Clínica de Medicina del Trabajo del mismo, inaugurada en el año 1933.
Desde sus puestos oficiales, el médico madrileño emprendió una intensa actividad docente, organizando cursos anuales sobre ‘Medicina de los accidentes’ (1928 y 1929) y ‘Medicina del trabajo’ (de 1930 a 1936), así como de ‘Higiene industrial’ en la Escuela Nacional de Sanidad (1931-1936), dirigida con el aval de la Sociedad de Naciones por Gustavo Pittaluga, “que había sido ponente en el ciclo de conferencias celebrado en enero de 1930 con motivo de la inauguración del Instituto Médico de Posgraduados de la Casa de Salud Valdecilla, precedente de la Universidad de Cantabria”, ha indicado el responsable de la biblioteca.
“Gustavo Pittaluga es precisamente quien prologa el manual, cerrándose así el círculo”, ha concluido.
Esta obra recién adquirida por la Biblioteca Marquesa de Pelayo profundiza en una línea de trabajo que se nutre de otras aportaciones. Entre ellas figura la reciente donación realizada por Juan Nicolás Ogando de una serie de fotos del antiguo hospital de la Compañía Minera de Dícido, “que ayuda a dibujar un paisaje que nos cuesta ver, quizá por cotidiano. Pero es precisamente por eso, por ser tan común, por haber sido tan importante para nosotros, tan cotidiano, que no debemos olvidarlo”, ha reiterado Mario corral.