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Manual básico para invertir en arte contemporáneo

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Puede que te tiente la idea de completar tu cartera con algo de arte contemporáneo, pero ¿por dónde empezar? Te damos las claves con esta guía básica.

Te gusta el arte, sobre todo el contemporáneo (se denomina así al surgido a partir del siglo XX). Tienes alguna pieza en casa pero te gustaría ir más allá y empezar a invertir, no solo por el placer de poseer el activo sino como forma de diversificar tu cartera. Pero todo son incógnitas, ¿por dónde empezar? ¿en qué debes fijarte? ¿cuáles son los riesgos de estos bienes?

Los expertos de Saisho, plataforma para inversores y coleccionistas que ayuda a optimizar la inversión de forma transparente, nos ayudan a elaborar un manual básico de inversión en este tipo de activo.

¿Cómo elegir?

Más allá de gustos personales, ¿en qué características de la obra debes fijarte? “Lo primero a tener en cuenta es que el valor de una obra está muy influido por el valor de firma del artista, esto es, por quién es el artista y la reputación que tiene en el mercado, ya sea en el plano de las transacciones logradas o la validación obtenida en el plano institucional”, explica Carlos Suárez, CEO de la firma Saisho.

En la obra hay que valorar sobre todo “Que sea única y no pertenezca a una serie, aquí claramente la fotografía seriada o la obra gráfica se valora diferente frente a disciplinas como la pintura”, aclara. Y añade: “También, que la obra o la serie a la que pertenece tenga un track de validación en instituciones antes de que se venda; por ejemplo, valdrá más y tendrá mayor demanda el día de mañana una obra que haya estado expuesta en un museo o centro de arte de prestigio frente a aquella que salió del estudio directa a casa del coleccionista”. Y un último apunte: “En obras del mismo artista y si el presupuesto lo permite, elegir siempre la obra de formato grande, pues tendrá mayor potencial que la obra de pequeño o mediano formato”.

Y, ¿en qué debes fijarte del artista? “Aquí intervienen multitud de factores. Simplificando, nos centramos en tres ejes: potencial artístico, validación y demanda y expectativa y riesgo. En el primero, se descompone y parametrizan los diferentes aspectos en el plano artístico que conforman el valor teórico del artista frente a los expertos del mundo del arte: comisarios, galeristas, críticos o instituciones.

Dicho en otras palabras, influye en el sello de calidad que el sector más experimentado del circuito le pueda poner al artista en el futuro. Respecto a la validación y demanda, este análisis cualitativo se centra en parametrizar y analizar cada uno de los aspectos que intervienen en la cotización actual y futura del artista y sus obras. Por ejemplo, la demanda actual y su tipología (tipo de coleccionista, internacionalización, volumen actual, etc) serán los principales drivers de revalorización del artista en el futuro, mientras que la validación que vaya consiguiendo marcará los avales obtenidos para que dicha revalorización no derive en una potencial “burbuja”, explica Suárez. Y finalmente, añade: “Expectativa y Riesgo: potencial de revalorización del artista, horizonte ideal de inversión, riesgo de iliquidez y riesgo general de la posición en el momento actual”.

¿Cómo se calcula la posible revalorización del artista?

“En Saisho replicamos, con algoritmos de valoración, lo que lleva sucediendo en el mercado del arte global: oferta y demanda, transacciones…. Si hay transacciones del artista, su valor sube. Si no hay, no lo hace. Simple y certero, que replica la revalorización tradicional de los artistas marcada por los galeristas. Hemos extraído este funcionamiento de oferta y demanda para establecer precios y lo hemos escrito en código, para replicarlo y hacerlo legible”, aclara.

Respecto al porcentaje de la cartera que debiera estar invertida en este tipo de activo, el experto es claro: “No olvidemos que se trata siempre de un activo de riesgo, con lo que el porcentaje no debería superar el 15% del total de mi cartera”.

¿Este tipo de arte es más arriesgado que otras obras más consagradas?

“Con el asesoramiento y criterio adquirido adecuado, sin duda alguna no. De hecho, presenta menos riesgo en términos generales que el arte consagrado. El riesgo menor se encuentra en la mayoría de los casos en la inversión en artistas emergentes evolucionados con un recorrido mínimo probado y solidez en su trayectoria previa de carrera, sin gaps y con las ideas claras.

¿Por qué sucede esto? Si dividimos el total de artistas del circuito, podemos estimar (y no es un dato cierto sino una estimación) que cerca del 80% de los artistas del circuito global son emergentes, cerca del 19,9% son medias carreras y cerca del 0,1% son consagrados. Si asumimos que esta estructura se mantiene en el tiempo, que sería lo lógico, quiere decir que 1 de cada 4 artistas emergentes (un 25%) avanza efectivamente hacia la media carrera, en validación y valoración, y 1 de cada 199 artistas media carrera (un 0.5%) avanzan efectivamente hacia la consagración.

Si a esta conclusión le añadimos el dato de que el volumen de potencial demanda (por acceso a precios) es mayor en los emergentes que en los medias carrera y mayor en los medias carrera que en los consagrados, podemos afirmar que la obra de nuestro artista emergente tendrá mayor potencial de liquidez, a priori, el día de mañana que nuestra obra del media carrera. Por tener mayores potenciales compradores”, analiza.

En Saisho recomiendan un horizonte de inversión en estos activos de medio y largo plazo, dicho de otra forma, entre tres y 10 años.