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El Casino del Sardinero acogerá la muestra que se celebrará del 12 al 26 de julio de lunes a domingo en horario de 18.00 a 21.00 horas en el marco de los Baños de Ola.
Un total de 22 artistas de cinco países mostrarán sus obras en la III Exposición internacional de pintura naïf de Santander, que se celebrará del 12 al 26 de julio en el Casino del Sardinero de lunes a domingo en horario de 18.00 a 21.00 horas.
En esta ocasión, la exposición la conforman obras de 22 artistas de España, Finlandia, Francia, Israel y Rumanía.
La concejala de Turismo, Miriam Díaz, ha animado a santanderinos y visitantes a adentrarse a través de estos cuadros en el universo de la pintura naïf, en su colorido y luminosidad, y en su singular percepción de la realidad.
La exposición consta de dos partes. En la primera se pueden contemplar cuadros cuya temática es los “Baños de Ola”, rememorando los veraneos reales de principios del siglo XX en Santander.
Los artistas han dejado volar su imaginación y se han trasladado a aquellos tiempos, los cuadros están llenos de trajes de baños y vestidos de época mezclados con la vida y costumbres de aquel entonces.
Por su parte, en la segunda, el tema es Santander. Los pintores han plasmado rincones de Santander llenos del colorido y la alegría que bullen en su cabeza y a veces es tan complicado encontrar en la vida real.
La concejala de Turismo ha agradecido a Cristina de la Hoz el trabajo realizado para organizar esta tercera exposición y dar continuidad a un proyecto que, por un lado, permite ampliar la oferta de actividades culturales y de ocio que ofrece la ciudad a sus vecinos y visitantes, y por otro, facilita a los creadores el acercamiento de este arte al público.
El arte naïf comenzó a desarrollarse a finales del siglo XIX de la mano de Henri Rousseau (Laval, 1844 – París, 1910), conocido como el ‘Aduanero’, porque en 1869 ocupó un puesto en la aduana de París.
Esta corriente artística toma su nombre de una palabra de origen francés (naïf) que significa ingenuo, natural, cándido y simple, y en muchos casos sus representantes son personas que no han recibido una educación artística académica y pintan de forma autodidacta.
En cierta forma, el pintor naïf actúa de cronista de su época y plasma en sus obras tanto sus recuerdos de la niñez, como las fiestas de su región, retazos de un viaje, las costumbres de su pueblo o ciudad, la fachada de una casa, una tienda, una boda, un sueño o, simplemente, una visión diferente de la realidad en la que le gustaría vivir.
Dentro de este estilo existen distintas corrientes según las áreas geográficas e, incluso, en algunos países hay escuelas y grupos colectivos que pintan su “propio naïf”.
En España, se trata de un naïf minucioso, primitivo y costumbrista, que recrea escenas de campo, ciudades y fiestas, utilizando tanto la figura como el color.
La pintura naïf está llena de colorido, luminosidad, optimismo, alegría, fantasía y sueños que el autor intenta reflejar en un lienzo de manera intuitiva y generalmente sin base técnica, prefiriendo suplir esta dificultad con la imaginación y haciendo que el espectador forme parte del cuadro.
Fuente: santander.es