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Misión de mantenimiento de la paz de la ONU en Haití

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El fin de la misión de mantenimiento de la paz en Haití está al “alcance de la mano”

La ONU es partidaria de apoyar el deseo de los dirigentes haitianos de asumir el control total de la seguridad del país. También es favorable al envío de una misión política especial para asistir en cuestiones como la reforma política, las elecciones, la justicia y la reducción de la violencia.

El fin del trabajo de mantenimiento de la paz en Haití “está al alcance de la mano”, señaló este miércoles el secretario general adjunto para Operaciones de Mantenimiento de la Paz al Consejo de Seguridad.

Jean Pierre Lacroix se mostró partidario de apoyar el deseo de los dirigentes haitianos de finalizar las tareas de mantenimiento de la paz en Haití y el mandato de la Misión de la ONU el próximo mes de octubre, junto al anhelo de asumir el control total de la seguridad.

Del mismo modo, destacó la importancia de que los gobernantes se muestren a favor del envío de una misión política especial, basada “en nuestra evaluación de las necesidades de asistencia más acuciantes”, según consta en el último informe del Secretario General sobre Haití.

El texto de António Guterres recomienda al Consejo que apruebe el establecimiento de la Misión por un periodo de un año a partir del 16 de octubre de 2019 y “que tenga el mandato de interponer buenos oficios y asesorar al Gobierno en ámbitos concretos de la reforma política, las elecciones, la justicia, el sistema penitenciario, el desarrollo de la policía, la reducción de la violencia comunitaria y los derechos humanos.”

Sin embargo, esta situación no impidió a Lacroix reconocer que los acontecimientos en Haití siguen combinando los progresos en algunas esferas con la inestabilidad o el estancamiento en otras.

“Si bien los esfuerzos por mejorar la situación de seguridad han dado resultados atenuados, la incertidumbre política ha continuado con la caída del Gobierno”.

Lacroix hacía referencia a la moción de censura del pasado 18 de marzo que, tras una tumultuosa secuencia de acontecimientos en el frente político, provocó la destitución del primer ministro Jean Henry Ceant y condujo al nombramiento interino del actual ministro de educación, Jean-Michel Lapin.

En estos momentos, el presidente haitiano Jovenel Moïse se encuentra en fase de consultas para seleccionar al que será su tercer gobierno desde que asumió el cargo en febrero de 2017.

Tras el acuerdo alcanzado el 8 de marzo entre el Fondo Monetario Internacional, el Gobierno de Haití y el Banco Central del país caribeño pareció crearse “un sentimiento de optimismo” que serviría para impulsar la incipiente economía, que se caracteriza por una elevada inflación del 17% y la depreciación de la moneda nacional, indicó Lacroix.

El préstamo de tres años de duración y por valor de 229 millones de dólares, se ideó pensando en los sectores más vulnerables de la población y, al mismo tiempo, para promover la reforma de la gobernanza y el establecimiento de medidas de lucha contra la corrupción.

Asimismo, Lacroix destacó que la iniciativa del presidente Moïse de crear un Comité de Facilitación para un diálogo Inter-haitiano tiene “el potencial de revitalizar un proceso de cohesión nacional”. El Comité se compone de cinco miembros, cuatro de ellos mujeres y está previsto que presente su informe final cuando termine su mandato dentro de 90 días.

La comisión cuenta con el apoyo de la Misión de la ONU en el país y  para garantizar el éxito de su labor “es necesario que todos los agentes clave redoblen sus esfuerzos” y conciban “una visión nacional capaz de llevar a cabo una reforma económica esencial para una economía saneada y para atraer inversiones directas, así como medidas de protección social, mejora del estado de derecho, lucha contra la corrupción y, lo que es más urgente, organización de las elecciones de octubre”, destacó.

Posteriormente, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachellet, destacó ante el Consejo de Seguridad que, aunque la magnitud de las violaciones de los derechos humanos en Haití no es comparable al año 2004, cuando las Naciones Unidas iniciaron sus operaciones de mantenimiento de la paz, persisten graves problemas estructurales.

“Los problemas sociales, la corrupción y la debilidad de las instituciones constituyen obstáculos importantes para la consecución de los derechos humanos en Haití”.

Bachelet destacó que el 59% de la población vive por debajo del umbral de pobreza, que el país sigue siendo el más pobre de las Américas y que se enfrenta a notables dificultades económicas y sociales.

Entre ellas enumeró las limitadas oportunidades de empleo, especialmente para los jóvenes, que los servicios básicos como la salud, el agua, la electricidad y la educación están fuera del alcance de muchos, y que su situación se ve agravada por la vulnerabilidad de Haití ante los desastres naturales.

Foto: los miembros del batallón brasileño de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití MINUSTAH enseñan a un grupo de niños locales la atención dental adecuada (Marco Dormino)

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