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El Ayuntamiento conmemora del 8 al 10 de marzo el 375 aniversario de la concesión por parte de Felipe IV de este título que significó para la localidad su independencia de la Junta de Siete Villas
Noja celebrará del 8 al 10 de marzo el 375 aniversario de la concesión por parte del rey Felipe IV del Privilegio de Vara, una distinción que al hasta entonces conocido como lugar le valió el título Villa y su independencia de la Junta de Siete Villas.
El Ayuntamiento rememorará un año más esta efeméride, acaecida en 1644, con un amplio programa que recreará aquella época y en el que no faltarán las escenificaciones históricas, los espectaculares torneos de caballeros y los juegos de banderías, entre otros eventos.
Así lo ha avanzado el alcalde, Miguel Ángel Ruiz Lavín, que ha destacado el gran interés que esta conmemoración despierta entre vecinos y visitantes de todos los rincones de Cantabria. Por ello, ha avanzado que el equipo de Gobierno ha solicitado al Ejecutivo autonómico la declaración de esta efeméride como Fiesta de Interés Turístico Regional.
El Privilegio de Vara es un auténtico viaje en el tiempo para disfrutar en familia que se inicia el viernes, día 8, con la apertura en la plaza de la Villa, eje central de todas las celebraciones, de un mercado y poblado de época amenizado por músicos y bailarines.
El ambiente festivo se extenderá a lo largo de todo el fin de semana con actuaciones teatrales, conciertos, exposiciones de oficios y costumbres y la recreación de la llegada de Felipe IV y su séquito de abanderados para hacer entrega de la Real cédula del Privilegio de Vara, principal evento de esta celebración y en la que “los nojeños participan cada vez de una forma más activa”, como ha señalado Ruiz Lavín.
Además, durante las tres jornadas se sucederán actividades y juegos para todos los públicos.
Privilegio de Vara
El lugar de Noja, que es como así se llamaba en el siglo XVII, solicitó al rey Felipe IV el poder de nombrar a sus propios alcaldes entre sus vecinos para que no mandase en ellos los alcaldes de Siete Villas, porque, como no eran nojeños, aprovechaban cualquier oportunidad para sancionar o multar las faltas más tontas que cometían y, de esta forma, recaudar dinero.
El 9 de marzo de 1644, Felipe IV concedió a este pueblo la merced de la vara, el llamado ‘Privilegio de Vara o de villazgo’ (por la vara del alcalde y por la categoría de villa). Esta distinción les permitió a partir de entonces poder nombrar sus alcaldes y llevar las riendas de su propio gobierno, es decir, gobernándose a sí mismos, igual que se hace ahora, sin depender de la Junta de Siete Villas.