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“Partidista” inauguración en el MUPAC sobre la guerra civil en Cantabria

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Con alusiones a la “controvertida” Ley De Memoria Histórica.

El vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga, ha reivindicado hoy “la memoria de aquellos a los que la historia borró” y ha defendido la necesidad de recuperar “la voz de los silenciados”, durante la inauguración, en el MUPAC, de la exposición ‘Frente Norte. Arqueología de la guerra civil española en Cantabria’.

La muestra, que estará abierta al público hasta el 30 de diciembre, recoge la huella material de este episodio histórico poco conocido, a través de restos arqueológicos que forman parte de fondos del MUPAC, con el apoyo de otros materiales en manos de particulares y de otras instituciones.

A través de objetos y documentos, en su mayoría de tipo militar o relacionados con operaciones bélicas, completados con recursos audiovisuales y tecnologías inmersivas, ofrece al público una visión de los hechos de guerra y de las experiencias en el combate de quienes participaron, además de aspectos de su vida cotidiana en el frente e incluso de su muerte y su memoria.

La muestra revisa, además, la evolución de la historiografía sobre la Guerra Civil en Cantabria, desde los primeros relatos construidos durante el franquismo hasta la actualidad, con las nuevas visiones aportadas por la última generación de historiadores y arqueólogos.

“Esta exposición ha tenido que esperar hasta 2022 para celebrarse en Cantabria, el año en que ha entrado en vigor la ley de Memoria Democrática de Cantabria y 14 años después de que se aprobará la ley de Memoria Historia en España, que dio un marco legislativo al desarrollo de las políticas de recuperación, memoria y verdad”, ha recordado el vicepresidente, que ha agradecido el trabajo del comisario de la exposición, José Ángel Hierro, y el comisario adjunto y director del MUPAC, Roberto Ontañon, así como de particulares e instituciones que han colaborado porque “con esta exposición se recupera parte de la memoria que se borró y hace que hoy Cantabria sea una tierra más digna para nuestros hijos y nuestros nietos”.

Roberto Ontañón ha asegurado que “a partir de la arqueología se da una visión diferente a la que se conoce a través de los libros de historia de lo que pasó en la Guerra Civil en Cantabria” y ha valorado el “gran interés” del Ejecutivo por “sacar adelante esta exposición” con la participación de las direcciones generales de Acción Cultural y la de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica.

Hierro ha señalado que esta exposición “no pretende abarcar toda la guerra civil” porque “quedan muchos flecos, que deberían estar cerrados y no lo están, y lamentablemente se siguen descosiendo 85 años después”, pero ha reconocido que le gustaría que sirviera como “paso previo” para abordar otros asuntos de la contienda, como  la represión en la Guerra Civil y en la posguerra o el papel de la mujer, que han quedado en los “márgenes”, “ramificaciones que no se han tratado de forma objetiva” y “quizá esta muestra pueda ser el pistoletazo de salida para empezar a hacerlo”.

Precisamente algunas de esas cuestiones se abordan en el ciclo de conferencias que se desarrollan de manera paralela a esta exposición y que se celebraran cada viernes desde finales de julio hasta finales de agosto.

La inauguración ha contado, además, con la presencia del presidente del Parlamento de Cantabria, Joaquín Gómez; la directora del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, Pilar Fatás; Pablo Arias del Instituto de Investigaciones Prehistóricas, y el secretario general de UGT Cantabria, Mariano Carmona, entre otras autoridades y público en general.

La exposición

La muestra se articula en seis apartados temáticos que abarcan “las presencias inesperadas”, que recogen hallazgos que se producen durante exploraciones arqueológicas orientadas a periodos más antiguos o de forma casual, como proyectiles sin estallar, incautaciones de furtivos, etc; la “materialidad del conflicto”,  con objetos que forman parte de los fondos del MUPAC acompañados de fotos de la época y documentos de archivo, y “los restos de la batalla”, sobre todo de la Batalla de Santander, que se desarrolló en un frente muy amplio, y  los de trece meses de lucha de menor intensidad.

Además, también hay un eje expositivo sobre ‘la vida cotidiana del combatiente’ con objetos que hablan sobre su alimentación, vestuario, ocio…, y bajo el epígrafe ‘la muerte no es el final’, se muestran lápidas, estelas, cruces, esquelas en la prensa local y otras formas con que los supervivientes honraron la memoria de quienes murieron en la contienda.

El sexto eje temático aborda ‘el relato’ que comenzó a difundirse recién caído el Frente Norte, aún con la guerra en marcha, a través de libros, reportajes, postales y cuadernos ilustrados, un relato hegemónico durante décadas y cuya apertura ha tenido que esperar y aún hoy continúa en la actualidad con las últimas investigaciones sobre el tema.

De entre los elementos de la exposición, Hierro ha destacado los dos fragmentos de lápida de soldado republicano de San Martín de Elines porque la mayoría fueron destruidas, la bandera del batallón 123 de Santander porque “ha vuelto a Cantabria de donde era y de donde salió” y la Cruz del Tercio de Montejurra por su valor en sí misma y por lo que simboliza. “Nos ayudan a meternos en la cabeza de aquellas personas que pelearon hace 85 años”, ha afirmado.