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La Dirección General de Salud Pública de Cantabria se plantea hacer un cambio en los parámetros que utiliza para marcar las restricciones frente al coronavirus y empezar a fijarse más en los ingresos hospitalarios en lugar de en la incidencia acumulada, ya que se seguirán dando contagios aunque la población esté vacunada y sus efectos serán menores.
Así lo ha avanzado este martes el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, que ha comparecido en la Comisión de Sanidad en el Parlamento, donde ha hecho un repaso de la situación epidemiológica y ha destacado los “números espectaculares” que marcan la diferencia entre los datos de vacunados y no vacunados.
“Mientras la hospitalización no sea alta, se puede dejar correr a la incidencia”, ha resumido tras explicar que no se prevé que la pandemia acabe, sino que se pase de un estado de pandemia a uno de “endemia”, con una incidencia que quizás nunca sea cero, pero que sea baja y sufra algunos picos de contagios e ingresos.
“Hay múltiples especulaciones, pero la idea de que va a ser posible erradicar el virus de momento no está ganando importancia”. “El escenario que se nos plantea ahora mismo es de cohabitación inmunológica con el virus”, pero “si no se presenta en variantes radicalmente diferentes, el futuro se nos plantea bien”.
Además, “aunque estuviésemos vacunados al 100% al virus le queda la opción de aparecer” dado que se propaga en personas que han recibido la pauta completa e incluso pueden aparecer nuevas variantes, pero Wallmann cree que cada vez tendrá menos efectos y lo “vamos a incorporar en nuestro portfolio de resfriados”.
QUINTA OLA “DIFERENTE”
El titular de Salud Pública ha hecho hincapié en su intervención en cómo la vacunación ha marcado esta quinta ola -contabilizada a partir del 16 de junio-, y en la que el 80% de las personas que se han contagiado en Cantabria no estaban vacunadas, concretamente en torno a unas 12.000, frente a las 3.000 que han contraído el virus tras recibir la vacuna.
Wallmann ha destacado que Cantabria se encuentra en el “top” de vacunación dentro de Europa y ha remarcado la efectividad de la vacuna, ya que durante el pico de la quinta ola -que Salud Pública marca en torno al 27 de julio- la incidencia acumulada a 14 días en la población general rondaba los 700 casos por 100.000 habitantes, si bien en los no vacunados alcanzó los 1.400 casos y en inmunizados apenas llegó a 230.
Esto supone que la incidencia en los no vacunados es “seis veces superior” y que si el número de dosis administradas hubiese sido mayor en ese momento la curva “hubiese sido muchísimo más plana y probablemente más prolongada, con un impacto hospitalario muchísimo menor”.
Y es que esta onda ha sido diferente a las anteriores porque ya había una parte de la población vacunada, pero “se dieron los ingredientes para una tormenta perfecta de súper contagio”, como la imposición de la variante delta, las fiestas de fin de curso que originaron “megabrotes” con hasta 300 contagios -“casi el 20% de los que participaban en esos eventos se contagiaban”-, o la “sensación de vencimiento de la pandemia” que existía, ya que “todos esperábamos un verano tranquilo”.
Así, la edad media de hospitalización de esta onda es más baja que las previas, de 55 años, aunque actualmente ha vuelto a subir a los 65. Y gracias a la edad de los contagiados y al avance de la vacunación, el porcentaje de ingresos sobre el total de casos “ha disminuido muchísimo”, pues mientras que en la primera era del 34%, ahora está en el 5,4%, según ha detallado Wallmann, destacando también que el riesgo de ingreso en vacunados es “seis veces menor”.
También la tasa de letalidad se ha reducido, pasando del 1,2% en olas previas al 0,2% actual.
TERCERA DOSIS Y VACUNA OBLIGATORIA
No obstante, el director de Salud Pública ha reconocido que el grado de inmunidad se reduce a lo largo del tiempo y sobre todo en personas mayores, por lo que se ha mostrado partidario de desplegar “cuanto antes” la inoculación de la tercera dosis en las residencias. A su juicio, el impacto que tiene esta actuación -en salud y letalidad, psicológico e incluso económico para los centros residenciales- “supera mucho el coste” que supone poner en marcha esa vacunación.
También ha ahondado en el debate de si se debe inmunizar a los menores de 12 años y ha señalado que se está estudiando y es probable que se haga con dosis menos concentradas.
Igualmente, se ha referido al Covid persistente señalando que es una patología que “sin duda existe” y “hay que atenderla”, pero no ha avanzado cómo actuar porque aún “es muy difícil de diagnosticar debido a sus síntomas -cansancio, hematomas, dolor de cabeza,…- y “lo primero que hace falta es definir la enfermedad”.
Y preguntado por su postura acerca de hacer que la vacunación sea obligatoria, ha respondido que “es muy tentador decir que exista esa obligatoriedad, pero hay que ser realistas, y todos los ciudadanos tienen que tener la libre elección”.
DATOS DESDE EL INICIO DE LA PANDEMIA
Wallmann ha detallado que desde el inicio de la pandemia se han detectado en Cantabria unos 47.000 casos positivos -el 8,1% de la población-, lo que supone una media de 82 casos por día, y se han realizado 730.000 test PCR a 314.000 personas, más de la mitad de la población.
Además, ha habido 5.310 ingresos hospitalarios por Covid, de los cuales 3.050 se han producido en Valdecilla, 1.540 en Sierrallana y 720 en Laredo. Unos 600 pacientes han pasado por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y 612 personas han fallecido, 505 de ellas en los hospitales. La edad mediana de los ingresados en planta es de 72 años, y se eleva a los 77 en la UCI.
Asimismo, los rastreadores han dado con 135.000 contactos estrechos, es decir, “casi una cuarta parte de la población ha hablado con un rastreador”.
Todos los grupos parlamentarios han agradecido el tono “didáctico” de Wallmann en su comparecencia y, en el caso de los partidos que sustentan al Gobierno cántabro, PRC y PSOE, han ensalzado la gestión sanitaria, gracias a la que Cantabria está “entre las cinco mejores comunidades de España” en vacunación.
Mientras, desde la oposición, PP y Ciudadanos -Vox no ha participado- han reconocido que la situación sanitaria está mejorando, aunque han criticado algunas medidas como el ‘semáforo Covid’, que Wallmann ha defendido asegurando que “siempre ha estado muy bien calibrado y muy bien pensado”.