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Santander – 18.09.2021
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha considerado “un síntoma de vuelta a la normalidad” la llegada a Santander del crucero ‘AMERA’, el primero después de año y medio del inicio de la pandemia.
Se trata de “un hecho muy significativo”, ha indicado, avanzando que está programada la próxima llegada de dos cruceros más.
Revilla ha expresado el deseo que la llegada de este crucero “represente el comienzo de una etapa de normalidad en todos los sentidos”.
Aunque la pandemia siga con nosotros está controlada con la vacuna y se está viendo “una seminormalidad”, ha comentado, con unos datos que reflejan un descenso de casos “bastante significativo” y sin presión hospitalaria grave. “Esto nos hace mirar al horizonte con optimismo”, ha asegurado.
Revilla ha realizado estas declaraciones tras recibir hoy en la Estación Marítima, junto con la directora general de Turismo, Marta Barca; el presidente de la Autoridad Portuaria, Francisco Martín; y la alcaldesa de Santander, Gema Igual, al ‘AMERA’, el primer crucero que hace escala en Cantabria desde que comenzó la pandemia, concretamente desde finales de 2019, cuando el final de la temporada de cruceros de ese año se solapó con el inicio de la crisis sanitaria.
El presidente ha hecho entrega de una metopa conmemorativa al capitán del ‘AMERA’, un buque de 205 metros de eslora que ha atracado en el Puerto de Santander con 617 cruceristas a bordo y 460 tripulantes. Consignado por PEREZ & CIA y propiedad de la naviera Phoenix Reisen, el barco procede de Ferrol y zarpará esta misma tarde con destino a Le Verdon (Burdeos).
Por su parte, Francisco Martín ha trasladado las impresiones del capitán a su llegada a Santander, manifestando que es “un puerto bien protegido” que cuenta con un “paisaje muy especial”.
También se ha referido a la llegada de este primer crucero desde la pandemia como “una recuperación de la normalidad en la capacidad de acogida turística de nuestra región”.
En este sentido se ha pronunciado Gema Igual, explicando el impacto económico que supone para Santander la falta de cruceros, que en los últimos años podían llegar a la veintena.