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Se dice que el humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. “El mundo académico en general, y los historiadores en particular, tenemos la responsabilidad de evitar que eso ocurra manteniendo en la memoria colectiva los peores capítulos del pasado”, ha afirmado el profesor universitario Rodrigo Moreno Jeria.
A pesar de la evidencia de que la memoria es imprescindible para la prevención, “en el presente ya no hablábamos de las pandemias como un peligro inminente”, ha explicado Moreno. “Hablábamos de otras situaciones: guerras mundiales, conflictos, el tema del calentamiento global… Había otros temas y de pronto tenemos la pandemia como nuevo ingrediente”. Según ha manifestado en los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), cree que ésta es “una gran señal de alerta para la humanidad de que lo que parece remoto en el pasado siempre puede regresar, lo que parece irreversible siempre puede ser reversible”.
El historiador chileno, miembro de la Real Academia de la Historia del país sudamericano, ha analizado la evolución de la tecnología cartográfica y el conocimiento geográfico –así como nuestra consiguiente forma de ver el mundo– en el seminario ‘La evolución en la navegación: de la cartografía de Magallanes-Elcano a los sistemas satelitales’, hecho en colaboración con la Asociación Plaza Porticada y la Fundación Chile-España. Junto a las distintas miradas multidisciplinarias congregadas en el curso, se ha dedicado a visualizar, repensar y compartir la historia como aprendizaje para el presente.
¿Y el futuro? ¿Cómo miraremos la situación actual desde lejos? “Creo que vamos a ver esta pandemia con mucha mayor preocupación y responsabilidad, conocedores de que puede volver a ocurrir. A lo mejor no en nuestra generación, porque vamos a tener todos los sistemas preventivos activados por muchos años, pero la prevención con el tiempo decae y va a llegar un momento en que esto se va a olvidar y nos podemos relajar y volver a prácticas que no son razonables”, ha afirmado. “Cuando eso ocurra probablemente tengamos un nuevo desastre”.
En el ámbito de las organizaciones internacionales y grandes empresas es común escuchar hoy el concepto de “visión 360”, si bien suele plantearse como un 360 atado a la actualidad. “Precisamente lo que yo apunto es que, de esos 360 grados, especialmente los 180 que tienes a tus espaldas, es la historia. Y esa es una variable de análisis y una variable clave para las tomas de decisiones en el presente”.
Paralelismos con Magallanes-Elcano
El liderazgo y la innovación son las dos cualidades de la primera vuelta al mundo que Rodrigo Moreno ha destacado para tener en cuenta ante los retos actuales. “En el caso de Magallanes, o el de Elcano, tenemos elementos de liderazgo, de trabajo en equipo, de emprendimiento y precisamente de innovación, innovación tecnológica clara para entender cómo se hizo esta gran travesía”. Es con motivo del V Centenario de la primera Circunnavegación de Magallanes y Elcano que la UIMP ha organizado este seminario, con la colaboración de la Fundación Chile-España, para estudiar una hazaña histórica que supuso todo un desafío. Un proyecto complejo con sus consiguientes necesidades y fases: una idea, un objetivo, una financiación, un equipo humano, etc.
Acorde con el historiador e investigador, este viaje supuso la primera gran empresa española con una idea tan internacional. En el sentido de la tripulación, por ejemplo, solo 139 de los 237 hombres que aparecen inscritos en la titulación original eran españoles, acompañados de portugueses, griegos, alemanes, franceses, itálicos… “En este caso la cultura preventiva consistía en cómo se dialogaba con el resto de los tripulantes para que el tema de la información fuera lo más transparente posible, porque eso genera confianza y un trabajo en equipo”.
Moreno relata el motín de San Julián como un episodio muy complejo donde apreciar cómo se puede salir fortalecido de una crisis. Después de varios meses de travesía, 40 de los tripulantes se amotinaron porque estaban descontentos con la forma en que Magallanes dirigía la expedición. Esto supuso un quiebre muy peligroso. “Hubo sentencias, hubo castigos, incluso hubo muertes, pero finalmente se solucionó precisamente a partir de un cambio de actitud de Magallanes”, quien tomó mayor autoridad, pero al tiempo comprensión para mostrarles su forma de dirigir y sus objetivos concretos.
La comunicación fue, en ese caso, y es a día de hoy clave. “Casi todas las autoridades del mundo han tenido problemas con el tema de la comunicación en los últimos dos años, cómo comunican el tema de cómo salimos de esta crisis”, ha explicado. “En ese momento Magallanes acusa recibo del problema. Prueba de ello es que cuando finalmente descubren el estrecho que pasaría a llevar su nombre y viene la gran decisión de seguir adelante o no y lo sometió a votación”. Esto demuestra también cómo “el liderazgo durante la ejecución de un proyecto puede corregir ciertas deficiencias”.