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“Los microchips están en todas partes, en muchas de las cosas que podemos llevar en los bolsillos, pero también los trenes, los aviones, las videoconsolas, los aparatos médicos…”. Así lo expresaba la secretaria general de Innovación, Teresa Riesgo, invitada a participar la semana pasada en una mesa redonda sobre microelectrónica e industria en el encuentro organizado por AMETIC en los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Como catedrática de Tecnología Electrónica, Riesgo conoce bien los potenciales efectos del desabastecimiento de materiales semiconductores que lleva semanas causando estragos en industrias españolas como la automovilística. “El problema en este momento es un problema de escasez para la fabricación de microchips”, explicó. “Y cuando esos microchips no se fabrican, lo que nos vamos a encontrar es una escasez similar a como si no hubiera petróleo. Tenemos un problema de orden mundial”.
En cuanto al predecible aumento masivo en la producción de estos chips, como respuesta a una sobredemanda de aparatos electrónicos, la secretaria general aseguró que “tenemos que tomar una decisión e intentar recuperar la comba que ya perdimos en Europa hace unos 10 años”. Para ello, subrayó, “es muy importante que estemos ahí, que seamos unos actores importantes dentro de toda la cadena de valor: como diseñadores, como fabricantes, y también como usuarios”.
El alto cargo del Ministerio de Ciencia e Innovación hizo un símil con otros bienes de consumo corrientes para entender mejor la situación: “Durante años hemos tratado la tecnología microelectrónica como si fuera algo que estaba ahí, algo que siempre podíamos comprar, y nos despreocupábamos. Es como nos pasa a los que vivimos en las ciudades cuando compramos una lechuga, que pensamos que siempre habrá una lechuga en un lineal de un supermercado. Pero esto no es así: a veces no hay lechugas”. En este caso, ante la ausencia de microchips en el mercado global, Riesgo ve un reto, pero también una oportunidad, por lo que demanda que en España “tenemos que ser parte de los órganos de decisión”.
En el marco del XXXV Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones de la UIMP, celebrado en el Paraninfo del Palacio de la Magdalena de Santander, aseguró que en este país “hay un ecosistema interesante de ciencia e innovación relacionado con este tema, pero además existe una comunidad muy bien armada en la que empresas, universidades, centros de investigación y centros tecnológicos trabajan juntos en distintos sectores”. “Lo que tenemos que hacer es buscar también mucha inversión privada, no siempre española, porque esto es un mundo muy globalizado, para que nos ayude a que España cobre el protagonismo que necesita”.
Innovación para la recuperación
La secretaria general de Innovación reiteró el papel imprescindible que va a tener la innovación empresarial para la recuperación económica de España tras la pandemia, al aportar -en su opinión- el elemento de “transformación” del ‘Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia’ del Gobierno. “Porque la innovación es justamente lo que dota de competitividad, de internacionalización y de nuevos productos y servicios a las empresas, y esto es lo que va a hacer que las empresas sean competitivas en los mercados, no solo en los mercados nacionales, ni siquiera europeos, sino a nivel global”.
Respecto a los planes del Ministerio para impulsar la I+D+i, Riesgo destacó el gran énfasis que se está poniendo por impulsar todo lo que tiene que ver con el cuidado del medio ambiente, las energías limpias y la economía circular, al igual que lo relacionado con la medicina de vanguardia. Por supuesto, la digitalización también forma parte de su Plan de Recuperación, “pero está tratada de una forma que no solo es la Inteligencia Artificial, sino también todo el aspecto de la digitalización de los ámbitos sociales, las ciudades, la vida de las personas, la agricultura…”.
Ante la pregunta de cómo vamos a poder innovar de forma sostenible y social y al tiempo ser competitivos, la Directora General es rotunda: “En Europa creo que la única oportunidad competitiva que tenemos es la sostenible. Si lo que queremos es fabricar más barato y ganar más dinero creo que hay otras regiones del mundo que esto lo pueden hacer de una manera más sencilla, mientras que nosotros podemos mejorar los procesos y seguramente llegaremos a vender tecnología a esos otros países, porque en algún momento van a necesitar tener estos criterios de sostenibilidad en todos los ámbitos”.