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Una veintena de personas en situación de desempleo se enfrenta al reto de mejorar su empleabilidad de manera colaborativa.
- Son los participantes en la VII edición del Programa de Lanzadera de empleo y emprendimiento solidario, organizado por el Ayuntamiento de Piélagos, en colaboración con el Servicio Cántabro de Empleo, dependiente de la Consejería de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno de Cantabria.
Una veintena de personas en situación de desempleo -18 mujeres y 2 hombres- se enfrenta, desde el pasado mes de enero, al reto de mejorar su empleabilidad de manera colaborativa.
Son los participantes en la VII edición del Programa de Lanzadera de empleo y emprendimiento solidario, organizado por el Ayuntamiento de Piélagos, en colaboración con el Servicio Cántabro de Empleo, dependiente de la Consejería de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno de Cantabria (https://youtu.be/aT0TcDK3OBU).
Durante seis meses y con la ayuda de Laura Gutiérrez Fernández, la coordinadora-coach del proyecto, trabajarán en el refuerzo de sus habilidades personales y profesionales, de manera conjunta y es que estas mujeres y estos hombres con perfiles personales y profesionales muy diversos se complementan entre sí.
“Cada participante aporta algo distinto y esto es lo que enriquece el programa”, asegura Laura Gutiérrez Fernández, quien incide en que “se ayudan unos con otros” en ese objetivo común que es la búsqueda de empleo.
En este sentido, subraya que, siempre mediante una metodología colaborativa, la Lanzadera de empleo promueve el reciclaje formativo de sus integrantes, mediante sesiones individuales y grupales, en las que se forman, se les acompaña y asesora sobre cómo conseguir una mayor seguridad a la hora de mostrar sus competencias y realizar con éxito una entrevista de trabajo.
Incidimos mucho el refuerzo de las competencias digitales, en la oratoria, en la importancia del trabajo en equipo, afirma la coordinadora-coach de la VII Lanzadera de Empleo de Piélagos, quien pone el acento en el carácter práctico de la formación. “Haciendo y practicando es como se aprende”, apostilla.
Laura Gutiérrez Fernández hace hincapié en que el primer paso antes de empezar a buscar trabajo pasa no sólo por tener claro el objetivo profesional sino por conocer nuestros puntos fuertes y débiles, para potenciar los primeros y reforzar los segundos.
Durante seis meses, el Programa de Lanzadera de empleo y emprendimiento solidario alterna las sesiones individualizadas y el trabajo colectivo o en equipo para que todos los participantes adquieran una mayor seguridad a la hora de realizar entrevistas; un mejor conocimiento del mercado laboral actual; aprendan a manejar las herramientas digitales de búsqueda de empleo y, sobre todo, puedan crear nuevos contactos y mejorar sus competencias personales y profesionales.
Un programa que te abre los ojos
Marta Rivero y María Velázquez, integrantes de la VII Lanzadera de empleo de Piélagos, provienen de sectores profesionales muy diferentes -la hostelería y la industria-, pero comparten opiniones respecto al programa en el que se están reciclando personal y profesionalmente.
Después de 34 años desarrollando su actividad profesional en hoteles, Marta Rivero se enfrenta, por primera vez, a la necesidad de buscar trabajo, un proyecto en el que asegura no está sola y es que además del apoyo de sus compañeros cuenta con las “nuevas armas” que ofrece este proyecto.
En la misma línea, María Velázquez, maquinista naval de profesión, en paro después de 18 años de trabajo como responsable de mantenimiento en Sniace, explica que la Lanzadera de empleo es un programa que “te abre los ojos”.
“Me crecí, me sentí más segura”
En el caso de Marisol López Iturregui, tres años después de su paso por la Lanzadera de empleo de Piélagos, afirma que este programa de formación para el empleo le ofreció motivación, le ayudó anímica y emocionalmente a mejorar su autoestima después de dos décadas dedicadas al cuidado de su casa y de sus hijas.
De hecho, reconocer que fue un punto de inflexión que le llevó a participar, posteriormente, en un certificado de profesionalidad y comprender que ayudar a los demás era lo suyo. De esta forma, surgió Máster, su proyecto empresarial.
Por su parte, Felipe Vázquez reconoce que en la Lanzadera pasó su particular “luto” después de quedarse en paro tras años de trabajo como comercial de transporte urgente.
En su caso, se muestra convencido de que este parón profesional le permitió “sacar lo malo que llevaba dentro” y también cambiar su vida aprovechando su experiencia al convertirse en agente comercial, actividad que desempeña en la actualidad.