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Juan Manuel Rodríguez Poo, presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), ha celebrado este lunes la aparición de nuevas fuentes de datos, como las procedentes de la telefonía móvil o las informaciones sobre gastos de hogares con tarjetas de crédito, como herramientas “muy aprovechables” por parte de la entidad a la hora de realizar sus propias estadísticas.
Poo, que ha inaugurado y dirigirá el seminario de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) Retos de la estadística en una sociedad altamente datificada, ha rechazado calificar a estas fuentes como “enemigos” y ha resaltado las múltiples oportunidades que ofrecen en términos de “granularidad” (mayor precisión a nivel territorial) y “temporalidad” (mayor inmediatez).
“Hoy en día el mundo de los datos es mucho más complejo tras el surgimiento de una revolución de diferentes ecosistemas con los que tenemos que convivir”, ha afirmado. No obstante, el director del curso ha subrayado también que “el ciudadano tiene que tener claro que un producto del INE es un producto garantizado y con calidad suficiente, por lo que puede creer en la información que difundimos”.
“Eso sí, existen otros agentes privados cuyos datos nos pueden servir a nosotros para publicar nuestras estadísticas”, ha añadido.
Poo ha recalcado que “la información que produce el INE es un bien público y contribuye a un mejor conocimiento de la realidad por parte de los ciudadanos”. El presidente del INE ha defendido la “transparencia” de la institución, un ente que “siempre ha respetado la privacidad y la anonimidad” de la población y que ha custodiado la “información de los españoles como un tesoro a lo largo de su historia”. “En ningún caso hemos tenido acceso a información individualizada”, ha aclarado.
En cuanto al impacto de la pandemia en el funcionamiento de la entidad, Poo ha declarado que su llegada “ha supuesto un reto”, ya que “tenemos que cumplir con un calendario de publicaciones con el que nos comprometemos legalmente con nuestros partners europeos”. “Tras la declaración del estado de alarma, el personal funcionario tuvo que volver a sus casas, adaptarse al teletrabajo y a nuevas formas de recogida de datos que respetasen los condicionantes de tipo sanitario y legal”, ha dicho, poniendo como ejemplo el mayor uso de la metodología telefónica en detrimento de la presencial. No obstante, ha calificado como “satisfactorios” los resultados obtenidos tras más de un año en situación de emergencia sanitaria.
Por último, Poo ha resaltado también el influjo de la pandemia en la “aceleración de una mayor necesidad de nuevas fuentes de datos más inmediatas y más granulares”. “Necesitamos el big data para ser más eficientes”, ha zanjado.